Denuncia que la retirada de tropas es unilateral e incide en que Bamako "se enteró a través de los medios"
El primer ministro de transición de Malí, Choguel Maiga, ha acusado a Francia de "preparar un plan" para derrocar a la junta militar en pie desde el golpe de Estado de agosto de 2020, días después del anuncio de retirada de militares occidentales del país africano. Maiga ha recalcado en una entrevista a France 24 y Radio France International que "todas las maniobras eran para derrocar" a las autoridades, antes de manifestar que Bamako "nunca pidió" a París que retirara a los efectivos de la operación 'Barkhane'. "Teníamos un acuerdo de defensa. Decidieron irse. No nos dijeron nada, nos enteramos a través de los medios que Francia había anunciado eso", ha dicho. "Esa no es la manera de hacer las cosas", ha recalcado. "Sabemos que las dos principales fuerzas terroristas son Al Qaeda y los yihadistas. El 70 o el 80 por ciento de los problemas vienen por Al Qaeda. Todos los lugares donde está Al Qaeda es porque los franceses les dejaron. Es una forma de decir a Malí que nos dejan en manos de Al Qaeda", ha criticado. El primer ministro, que ha insistido en denunciar una "traición" por parte de las autoridades francesas y ha afirmado que París buscaba "dividir" Malí ante los intentos de separatistas tuareg de lograr una mayor autonomía en el norte del país. "Lo que se acordó, y el texto es muy claro, fue un apoyo táctico aéreo, nada sobre el terreno", ha manifestado, al tiempo que ha acusado a los soldados franceses de impedir la entrada del Ejército en Kidal durante la ofensiva contra los separatistas. Así, ha señalado que las autoridades malienses están sustituyendo a las tropas internacionales que han iniciado su retirada por militares de Malí, en el marco de un proceso de "reorganización" encabezado por las Fuerzas Armadas. Maiga ha confirmado además contactos con "cooperadores rusos" bajo un contrato firmado con Moscú y ha declinado confirmar que se trate de mercenarios del Grupo Wagner". "Wagner es una palabra que dicen los franceses. No sabemos nada de Wagner", ha destacado. "Los franceses tienen problemas geoestratégicos con los rusos y quieren arrastrarnos a algo que no es nuestra lucha. Obtenemos de Rusia alianzas estratégicas desde los años sesenta", ha recordado. "Nada es más importante que la seguridad de los malienses", ha defendido. De esta forma, ha acusado a Francia de "inocular el virus de la derrota" y han resaltado este se fundamenta en trasladar que los países africanos "no pueden hacer nada sin Francia y sin Europa". El primer ministro maliense ha ensalzado los avances del Ejército en la lucha contra el yihadismo. "Hemos apuntado al corazón del terrorismo para destruir sus bases y estamos ganando terreno", ha señalado, a pesar de que diversas organizaciones apuntan a un deterioro de la situación sobre el terreno.
APERTURA A NEGOCIAR CON LA CEDEAO
Por otra parte, Maiga se ha mostrado además favorable a la apertura de negociaciones con la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO), que impuso en enero duras sanciones ante la negativa de la junta a celebrar las elecciones previstas en febrero. "Estamos dispuestos a suavizar nuestras posiciones, pero no a suicidarnos", ha dicho el primer ministro, quien ha criticado que el organismo regional "quiere celebrar elecciones sin abordar antes las causas del mal". "La democracia no son sólo elecciones", ha argumentado. Las tensiones han ido al alza durante los últimos meses por el anuncio de la junta militar de alargar el proceso de transición a entre cuatro y cinco años y de aplazar las elecciones previstas para marzo, en medio de los cruces de acusaciones entre París y Bamako sobre los esfuerzos en materia antiterrorista. Asimismo, las autoridades francesas, al igual que otros países occidentales, se han mostrado igualmente muy críticas con la junta por el supuesto despliegue de mercenarios del Grupo Wagner, algo que ha sido negado desde Bamako y Moscú, que hablan de cooperación militar regular. El Gobierno de transición ha admitido la presencia de instructores militares rusos en el país, bajo un mandato parecido al que otorgaron a la misión de entrenamiento de la Unión Europea, en medio de las suspicacias occidentales por el aumento de la influencia rusa en África.
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