Nuevos combates en el sudeste de Sudán dejan más de 136.000 personas desplazadas

Los nuevos combates en el estado de Sennar, en el sudeste de Sudán, entre el Ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF), ha provocado que en los últimos diez días más de 136.000 personas hayan tenido que abandonar sus hogares, según datos de la ONU.

"Las personas se enfrentan a múltiples riesgos de protección y han denunciado el saqueo generalizado de sus hogares y posesiones personales", ha denunciado la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) en alusión a unas personas que podrían estar sufriendo su segundo o tercer desplazamiento.

Estos desplazados se unen a los 286.000 que ya acogían las localidades de Sennar, Sinja y Dinder, en el sudeste del país, antes de la reciente escalada de los enfrentamientos a finales de junio entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las paramilitares RSF, tal como recoge en un informe la Matriz de Seguimiento del Desplazamiento (DTM) de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).

Entre los nuevos desplazados, la OCHA estima que más de 30.000 han llegado al estado del Nilo Azul, unos 26.000 --entre ellos 6.800 niños-- se encuentran en el vecino estado de Gedaref y otros 1.000 han llegado al centro de recepción del estado de Kassala.

En respuesta a la afluencia, los equipos humanitarios de Naciones Unidas han ampliado los servicios, "distribuyendo comidas preparadas y agua potable a las familias", apoyando "una cocina común capaz de alimentar a unas 15.000 personas" y proporcionando "servicios sanitarios básicos a través de una clínica móvil". Sin embargo, aseguran, esto no es suficiente "para satisfacer las crecientes necesidades".

A principios del pasado junio, la OIM ya alertó de que el número de desplazados a causa del conflicto en Sudán rozaba la barrera de los diez millones, en lo que calificó como la peor crisis de desplazamiento interno del mundo.

La guerra estalló el 15 de abril de 2023 a causa de las fuertes discrepancias en torno al proceso de integración del grupo paramilitar --ahora declarado como una organización terrorista-- en el seno de las Fuerzas Armadas, situación que provocó el descarrilamiento definitivo de la transición abierta en 2019 tras el derrocamiento del régimen de Omar Hasán al Bashir.