El Parlamento Europeo ha adoptado este jueves una resolución en la que reclama más presión económica sobre Rusia, planteando por ejemplo un veto en la UE de todas las importaciones de combustibles fósiles y sanciones contra la "flota en la sombra", gracias a la cual las instituciones y firmas rusas seguirían sacando productos clave para su economía a espaldas de la supervisión internacional. La resolución, aprobada a mano alzada, insta a perseguir los posibles canales alternativos utilizados por Rusia para seguir exportando energía. Los eurodiputados consideran que, en el caso de la UE, que haya países importando combustible ruso perjudica la efectividad de las sucesivas sanciones impuestas como castigo por la invasión militar de Ucrania. Por ello, reclaman prohibir todas las importaciones, también las de gas natural licuado, y que el bloque evalúe la cooperación con terceros países si colaboran con Rusia para evadir las sanciones ya en vigor. También piden sanciones dirigidas específicamente contra antiguos cargueros o barcos de propiedad difusa que puedan servir para sacar crudo de territorio ruso, tanto por el interés de seguir presionando económicamente a Moscú como por el temor a que estas exportaciones bajo cuerda puedan derivar en un desastre medioambiental. La resolución pide en este ámbito sanciones sistemáticas contra barcos que naveguen por aguas de países de la UE sin seguro conocido e inspecciones en alta mar.
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