Bioparc Fuengirola (Málaga) daba el pasado año la bienvenida a Mekong, un joven macho de tapir malayo. Llegaba al parque malagueño para convivir con Rawa, la hembra que ya habitaba en él. Ahora, la hembra de tapir malayo está gestante.
Este hecho marca un hito en los esfuerzos de conservación de esta especie en peligro de extinción, un logro resultado de años de trabajo dedicados al bienestar animal y a la preservación de la biodiversidad, han indicado desde Bioparc Fuengirola en un comunicado.
Esta gestación destaca el importante papel de los parques de conservación de animales como Bioparc Fuengirola, que suponen una de las vías más importantes de esperanzas para especies amenazadas como el tapir malayo.
El parque recrea un entorno que replica el hábitat natural de los tapires malayos, permitiendo que la hembra gestante reciba los cuidados necesarios para garantizar el éxito del parto y de la crianza del pequeño tapir.
A pesar de que Rawa ya se encuentra en un estado avanzado de gestación, no ha sido hasta ahora cuando el parque ha decidido hacer pública la noticia, tras confirmar, por parte del equipo de veterinaria, que todo está en orden. Además, desde el primer momento, el equipo de cuidadores trabaja meticulosamente para garantizar el bienestar de la hembra preñada y el desarrollo saludable de su cría.
Durante la gestación, que dura alrededor de 13 meses, los cuidadores ofrecen a la madre una dieta que satisfaga sus crecientes necesidades nutricionales, asegurando una alimentación rica en fibra, vitaminas y minerales esenciales.
"Se ha intensificado el entrenamiento por parte de los cuidadores. Este tipo de ejercicios nos facilita su exploración; que nos deje tocarla, hacerle ecografías y que esté tranquila en su parto, ya que, llegado este momento, habrá que estar cerca para verificar que la cría y la madre están bien, y que la está amamantando adecuadamente", ha explicado Rosa Martínez, veterinaria en Bioparc Fuengirola.
MONITOREO A TRAVÉS DE CÁMARAS
Además, se realizan monitoreos regulares a través de ecografías y controles veterinarios para evaluar el estado del feto y prevenir cualquier complicación. A este seguimiento se suma la vigilancia a través de cámaras instaladas en sus cobijos interiores.
"Las cámaras instaladas en los establos nos permiten vigilar a los dos constantemente sin molestarles. Y tras el parto, este monitoreo se extenderá al recinto exterior, zona en la que también se instalarán cámaras para vigilar los primeros pasos de la cría en la playa", ha señalado.
En las próximas semanas, el parque comenzará los trabajos para adaptar esta zona exterior a las necesidades y habilidades de la pequeña cría, con el fin de mitigar cualquier posible riesgo, aportarle los cuidados necesarios y mantenerla a salvo.
De momento, el entorno de la hembra también se ajusta para reducir el estrés, proporcionando un espacio tranquilo que simula su hábitat natural y fomenta comportamientos instintivos.
La colaboración entre cuidadores, veterinarios y expertos en conservación resulta clave para este proceso. Este esfuerzo coordinado no solo garantiza un embarazo exitoso, sino que también refuerza el compromiso de Bioparc con la protección de especies en peligro como el tapir malayo, cuyo nacimiento representa una esperanza para su conservación En su hábitat, la población apenas supera los 2.000 ejemplares.
En parques zoológicos en Europa, viven solo 40 ejemplares, y en España, Mekong y Rawa son los únicos representantes de esta singular especie.
El tapir malayo, conocido por su distintivo pelaje bicolor y su trompa alargada, es una especie originaria del sudeste asiático que se enfrenta a graves amenazas debido a la pérdida de su hábitat, la deforestación y la caza furtiva. Actualmente, se estima que quedan poco más de 2.000 ejemplares en la naturaleza, lo que convierte cada nacimiento en cautividad en un avance significativo para garantizar la supervivencia de esta especie única.
El nacimiento del tapir malayo será un acontecimiento que no solo celebra la vida, sino que también subraya la importancia de la conservación de especies a nivel global. Cada nueva cría simboliza una pequeña victoria frente a los desafíos de la extinción y es una oportunidad para educar y sensibilizar al público sobre la necesidad de proteger la biodiversidad.
Bioparc Fuengirola continúa siendo un faro de esperanza para la fauna amenazada, mostrando que, con esfuerzo y compromiso, es posible cambiar el destino de las especies más vulnerables.
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