Las autoridades de China han informado este lunes de que han deportado a Birmania a unos 300 militares de la junta que gobierna el país desde el golpe de Estado de febrero de 2021 y que cruzaron la frontera desde Kanpiketi después de que el rebelde Ejército para la Independencia Kachin (KIA) se hiciera con el control de la localidad la semana pasada. El Ejército chino ha deportado así a 302 soldados, que se encuentran ya en Muse, en el estado birmano de Shan, tras cruzar el paso de Man Wein, fronterizo con la ciudad china de Jiegao. A pesar de la presión ejercida desde China, los rebeldes se hicieron el 20 de noviembre con la localidad de Kanpiketi, donde se registraron fuertes combates entre las partes. El grupo armado controla ya gran parte del estado de Kachin, a excepción de la capital, Myitkyina, y el área circundante. Sin embargo, entre las zonas bajo control rebelde se encuentran ya minas cercanas a la frontera china. Cientos de militares de la junta desplegados en Kanpiketi huyeron al otro lado de la frontera durante los enfrentamientos a medida que el KIA sigue adelante con su ofensiva, según informaciones recogidas por el portal de noticias Irrawaddy. El golpe de Estado fue perpetrado por el Ejército para anular los resultados de las elecciones generales de noviembre de 2020, en las que la Liga Nacional para la Democracia (NLD) de Aung San Suu Kyi se hizo con la mayoría parlamentaria, argumentando que había habido fraude, una afirmación cuestionada por observadores internacionales. La asonada fue el inicio de una dura campaña de represión contra opositores, activistas y manifestantes. La Asociación de Asistencia a Presos Políticos (AAPP) estima que más de 27.700 personas han sido detenidas desde el golpe de Estado, de las cuales 21.158 siguen encarceladas. Además, la AAPP cifra en 5.982 los fallecidos como consecuencia de la acción violenta de las fuerzas militares desde la asonada, mientras que otras 6.557 han sido puestas en libertad, según estos datos.
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