MADRID, 31 (OTR/PRESS) La tentación es escribir un artículo haciendo balance del año que dejamos atrás o en todo caso especular sobre lo que nos puede deparar el 2025. Pero respecto al 2024 poco se puede añadir, en cuanto al 2025 todo está por suceder y puede que lo que hoy creemos que puede pasar no pase, y que sean los imprevistos quienes marquen la agenda, sobre todo la agenda internacional habida cuenta que Donal Trump ya está a punto de volver a asumir la Presidencia de Estados Unidos. Si, el 2025 va a ser el año Trump. Es evidente que, dado como se las gasta Donald Trump, puede pasar cualquier cosa, y que conste que no quiero ponerme en plan cenizo. Creo que la pregunta que la mayoría nos hacemos es: ¿ Cómo será su segundo mandato?.Teniendo en cuenta como es el personaje,resulta difícil prever que hará o dejará de hacer, sobre todo, si como ha asegurado es "capaz" de poner fin a la sangría en vidas que está suponiendo la guerra en Ucrania.¿ Lo hará?. Pero ¿y en Oriente Medio?. Saben, pienso que si hay alguien capaz de poner en primer tiempo de saludo a Benjamín Netanyahu, ese es Trump. Porque la realidad no es otra que Europa, es decir la Unión Europea, no tiene ninguna influencia en Oriente Medio. Estados Unidos si. Otra cosa es que hará o dejará de hacer Trump. Así que en mi opinión todo cambio para este 2025, dependerá, en buena medida, imprevistos aparte, de la voluntad del nuevo presidente de Estados Unidos, un personaje atrabiliario de manual. Pero lo mismo que su "presidencia" va a tener una influencia decisiva en lo que suceda en Ucrania y en Oriente Medio, me pregunto si también la tendrá, ¿o no? en Venezuela. Claro que Maduro y sus secuaces se le pueden atragantar a Trump. Si, Donal Trump va a ocupar toda la escena, al menos la internacional, mientras tanto en el Partido Demócrata de Estados Unidos, como en las filas de la izquierda europea se siguen preguntando cómo ha podido ganar las elecciones. Lo curioso es la ceguera que, los demócratas estadounidenses, han venido mostrando ante la realidad. Cualquiera que hubiera visitado Estados Unidos en los últimos meses podía detectar esa decepción creciente entre los votantes del Partido Demócrata. Negar la realidad es el camino más corto para no poder cambiarla. Y, en mi opinión, los dirigentes del Partido Demócrata, se han ido alejando de la realidad de sus votantes, de la misma manera que en Europa, los partido de izquierdas no está prestando atención a los problemas de los suyos y libran batallas, que a estos les resultan ajenas. Esa desconexión es la que explica que de nuevo Donald Trump repita como presidente de Estados Unidos, y que en Europa florezcan como setas partidos neo-populistas o personajes que parecen sacados de un mal cómic o incluso de una pesadilla. Pero no quiero ponerme pesimista, así que ¡Feliz 2025!.
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