El M23 toma el control de un enclave minero en el este de RDC pese a las negociaciones para un alto el fuego

El grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23) ha tomado el control del enclave minero ubicado en la ciudad de Walikale, ubicado en el este de República Democrática del Congo, a pesar de las negociaciones que han tenido lugar esta semana para alcanzar un alto el fuego en el país africano.

"Confirmamos que la ciudad de Walikale, centro administrativo del territorio de Walikale, ha sido liberada por nuestras fuerzas para garantizar la seguridad de la población civil y sus bienes", reza un comunicado firmado por el portavoz del grupo rebelde, Lawrence Kanyuka.

Al igual que en ocasiones anteriores, el M23 ha indicado que no han "tenido más remedio que intervenir para rescatar" a los residentes, que "durante dos semana han sido objeto de ataques terrestres y aéreos por parte del régimen de Kinshasa" con cazas y drones.

"Las Fuerzas Armadas congoleñas (FARDC) han continuado bombardeando indiscriminadamente zonas densamente pobladas, ganado y aldeas, así como nuestras posiciones, utilizando aviones de combate y artillería pesada", ha denunciado. Así, ha condenado "enérgicamente el plan belicista del régimen ilegítimo de Kinshasa, que continúa ignorando todas las resoluciones y recomendaciones de la comunidad internacional para una solución pacífica".

Por último, Kanyuka ha reafirmado su "compromiso con el alto el fuego". "Seguiremos respetándolo. Sin embargo, enc aso de provocación o ataque contra civiles, nuestras fuerzas responderán con profesionalismo, en plena conformidad con el Derecho Internacional Humanitario", ha concluido.

Los rebeldes han entrado en el enclave minero un día después de que los presidentes de RDC y Ruanda, Félix Tshisekedi y Paul Kagame, respectivamente, pidieran un alto el fuego "inmediato e incondicional" tras reunirse en la capital de Qatar, Doha.

El M23, integrado principalmente por tutsis congoleños, ha logrado importantes avances territoriales durante las últimas semanas, una ofensiva que ha llevado a República Democrática del Congo a acusar directamente a Ruanda de desplegar tropas en su territorio para apoyar las operaciones del M23 en medio de los llamamientos regionales a un alto el fuego y un proceso de paz.

Las autoridades ruandesas acusan al Gobierno de RDC de reprimir a los tutsis congoleños, que suponen una minoría en el este del país africano, con apoyo de grupos armados como las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) --fundada por hutus huidos tras el genocidio en Ruanda en 1994-- y otras milicias locales.