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España y México: el peso del pasado y la diplomacia del futuro

Solo a través del entendimiento mutuo y la disposición a reconocer los errores se podrá construir una relación más sólida entre ambos países
Llucià Pou Sabaté
viernes, 28 de marzo de 2025, 08:41 h (CET)

Las relaciones diplomáticas entre España y México han sido históricamente complejas, marcadas por la huella indeleble de la colonización. En el debate actual sobre si España debe pedir perdón por los actos violentos de la Conquista, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha tomado una postura firme. Según Sheinbaum, una disculpa formal por parte de España no solo es necesaria para sanar las heridas del pasado, sino que también podría fortalecer las relaciones entre los dos países, siempre que se haga en el marco de un reconocimiento mutuo de los excesos cometidos durante la colonización.


La importancia de un gesto simbólico


En una reciente entrevista, Sheinbaum subrayó que las relaciones entre México y España no están rotas, pero que una disculpa sería un paso importante para reconstruir el pasado y reconocer los actos violentos que formaron parte de la Conquista. Aunque, como ella misma aclaró, no se puede responsabilizar a los españoles actuales por los crímenes cometidos hace más de 500 años, el gesto de reconocimiento podría contribuir a una relación más armoniosa.


La presidenta de México también recordó la carta que el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador envió en 2019 al rey Felipe VI, solicitando una disculpa por los agravios causados durante la colonización. Según Sheinbaum, México también estaría dispuesto a pedir perdón por los excesos cometidos en su propio territorio, en un gesto de reconciliación con los pueblos originarios, como ya ocurrió en el pasado con el pueblo Yaqui y el pueblo chino.


La controversia por la no invitación de Felipe VI


La polémica resurgió cuando el nuevo gobierno mexicano decidió no invitar al rey Felipe VI a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum en octubre de 2024. El motivo, según la presidenta, fue la falta de una respuesta formal por parte de España a la carta de López Obrador, lo que, a su juicio, violaba la mejor práctica diplomática en las relaciones bilaterales.


El gobierno español reaccionó de manera tajante, calificando la exclusión del rey de "inaceptable". Sin embargo, para Sheinbaum, la falta de respuesta a la carta demostraba una falta de disposición para abordar el pasado de manera abierta y transparente. Este incidente refleja no solo las tensiones diplomáticas entre ambos gobiernos, sino también las profundas heridas históricas que aún afectan la relación.


Opiniones divididas


El debate sobre si España debe pedir perdón ha generado opiniones encontradas, tanto en México como en España. Algunos historiadores mexicanos, como José María Muriá Rouret, consideran que un gesto simbólico de reflexión por parte del rey Felipe VI sería un paso importante para mejorar las relaciones. "Felipe VI no es responsable directamente de lo sucedido, pero como rey de España, podría hacer un gesto de simpatía para mostrar que España está dispuesta a reconocer los errores del pasado", señala Muriá.


Por otro lado, otros historiadores, como Arno Burkholder de la Rosa, consideran que 500 años después de la independencia de México, no tiene sentido culpar a España por las desigualdades y problemas actuales del país. "España se fue en 1821; lo que sucede hoy en México es responsabilidad de los gobiernos actuales", afirma Burkholder, resaltando que el enfoque debería estar en los problemas contemporáneos, como la pobreza y la desigualdad, en lugar de seguir mirando al pasado.


Hacia un futuro de colaboración


A pesar de las diferencias, la reflexión sobre el pasado puede ser un camino hacia el entendimiento mutuo. El rey Felipe VI, por su parte, ha abogado por una visión más pragmática, en la que los países iberoamericanos se centren en la colaboración y el respeto mutuo, superando las discrepancias históricas. En un discurso reciente, el monarca expresó que, aunque las diferencias existen, lo esencial es enfocarse en lo que une a los pueblos, construyendo un futuro mejor basado en la cultura, la historia común y los valores compartidos.


En este contexto, un gesto de reconciliación por parte de España, ya sea a través de una disculpa formal o de una reflexión simbólica sobre los errores del pasado, podría ser una manera de fortalecer los lazos entre ambos países. Sin embargo, cualquier paso hacia la reconciliación debe ser acompañado de un compromiso sincero por parte de México para reconocer también sus propios excesos en la historia.


Reflexión final


El pedido de perdón por los actos de la Conquista es un tema que sigue generando debates intensos y divididos. Sin embargo, más allá de la controversia, la clave está en cómo ambos países pueden abordar su historia de manera madura, sin dejar que las heridas del pasado impidan el desarrollo de una relación de respeto y cooperación en el presente y el futuro. Solo a través de una diplomacia basada en el entendimiento mutuo y la disposición a reconocer los errores del pasado, se podrá construir una relación más sólida entre México y España, dos naciones hermanas que, a pesar de sus diferencias, comparten una historia común que aún tiene mucho que enseñar.

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