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Son las 11:45 horas, aproximadamente, del día 23 de noviembre de 2024. Por curiosidad me engancho al canal 24 horas de Televisión española. En ese momento estaban dando una pequeña entrevista con el ministro Óscar López. Tengo 82 años y jamás en mi vida he visto mentir tan descaradamente y tan “naturalmente”.
Estamos en un momento en que la Bolsa española ha perdido la confianza debido a la nefasta gestión y peor gobierno del Ejecutivo de Pedro Sánchez. Es verdad que no faltan escaramuzas e intentos de asomar la cabeza, pero el montante más fuerte no se hará realidad al menos hasta que se disuelva el actual Gobierno en España y que Trump tome posesión, así como empecemos a conocer sus prometidas políticas tras los tumbos y volantazos de Joe Biden en la política estadounidense.
Me he tomado la molestia (y se la regalo a todos los votantes y nucleares sanchistas), de analizar las múltiples referencias que hombres célebres, científicos, pensadores, empresarios, filósofos, gestores, escritores, políticos, periodistas, etc. han elaborado para describir la ineficacia, la dejadez, las carencias mentales, la desinformación y la incultura que muestran muchos políticos, dirigentes y otros personajillos en puestos relevantes de la sociedad.
La Mutualidad General de Funcionarios Civiles del Estado (MUFACE) es una entidad pública que gestiona la asistencia sanitaria y las prestaciones sociales de los funcionarios civiles del Estado. Creada en 1975, permite a sus afiliados elegir entre recibir atención sanitaria a través del sistema público de salud o mediante aseguradoras privadas concertadas. Ahora, el Gobierno ha propuesto su eliminación, argumentando que el modelo actual es insostenible.
Algunos medios de comunicación no sé de dónde beben, ni lo que beben. Deberían cambiar de camello como María Jesús Montero. Abro la prensa de hoy y leo: «El Ministerio de Sanidad abre la puerta por primera vez en la historia a desmantelar MUFACE en septiembre de 2025…». El inicio del artículo informativo empieza en falso, y no será por la falta de hemerotecas. Casi todos medios de comunicación hablan de 1,5 millones de usuarios, pero ese no es el dato real.
«Hay Estado porque el Rey no se fue de Paiporta», decía el diario ABC. No quiero imaginar qué hubieran pensado en el extranjero si toda la comitiva que acudió a Paiporta hubiera salido corriendo y demostrado la misma cobardía que Pedro Sánchez. Seguramente, hoy sería otra la situación, salvo el encastillamiento del presidente, que seguiría abrasándose en su sillón con tal de no salir de Moncloa.
En situaciones de emergencia climática, la acción conjunta y bien coordinada entre el Gobierno central, los gobiernos autonómicos y las administraciones locales es fundamental, sin embargo, a menudo surgen lagunas en cuanto a competencias y coordinación y esto puede dar como resultado demoras o insuficiencias en la respuesta, ante fenómenos tan complejos y dañinos.
Para cualquier persona intelectual el concepto justicia es entendible, es una idea que todos llevamos en nuestro interior, como un principio, como un derecho básico, necesario para una convivencia equilibrada y respetuosa con los intereses individuales, sociales e ideológicos.
El 16 de noviembre de 2014, en el programa 'Salvados', José Luis Rodríguez Zapatero le dijo a Jordi Évole: “Cualquiera puede ser presidente del Gobierno”. Y, de hecho, los españoles hemos comprobado la evidencia de esta afirmación en los momentos más críticos. Hemos sido testigos de la gestión que Sánchez hizo del COVID-19, la borrasca Filomena, la erupción del volcán de La Palma, y ahora, el drama que están sufriendo miles de afectados por la gota fría.
Con el desastre de numerosas poblaciones valencianas casi nos hemos olvidado de la presunta corrupta, traficante de influencias y apropiación indebida, Begoña Gómez, incluso hasta del podemita agresor sexual, luego transformado en Sumatorio, Íñigo Errejón. Está tan envenenado el país por la corrupción y las ya conocidas corruptelas que pisamos en un lodazal como el originado por la DANA.
Lo ocurrido la semana pasada en Valencia ha sido la gota que ha colmado mi vaso de indignación, la falta de escrúpulos, de empatía, de solidaridad, ayuda y todo lo que se le supone que un presidente de gobierno debe hacer en casos de catástrofes como la ocurrida, es de tal gravedad que no sé cómo no le apalearon cuando se presentó en Paiporta. Personalmente no me gusta la violencia, pero era comprensible que lo pudieran haber hecho.
Cobarde, pero caprichoso y aprovechado sin perdón. Apenas han pasado 48 horas desde el escarmiento que le dio el pueblo de Paiporta y ya está enredando como si nada hubiera sucedido. Este individuo que preside el desgobierno español de extrema izquierda parece que no escarmienta. Su discurso indecoroso es rayano al del trilero más rancio; pretende cambiar ayudas a la DANA por Presupuestos Generales del Estado, como si esos fueran imprescindibles en este momento.
El 14 de octubre de 1957, Valencia sufrió una de las peores inundaciones de su historia, causando entre 300 y 400 personas muertas y dejando la ciudad sumida en el caos. En respuesta a esta tragedia, el régimen de Francisco Franco impulsó el Plan Sur, un ambicioso proyecto de ingeniería para desviar el curso del río Turia, lejos del centro urbano, cuya obra se terminó en 1973, con un coste de millones de pesetas.
Las condiciones relativas a política de vivienda que la dirección de Podemos sometió a referéndum de sus bases para apoyar los Presupuestos Generales de Estado y que han sido aprobadas masivamente me parecen una gran equivocación. Lo que acaba de aprobar Podemos implica anunciar de antemano que se votará en contra de los Presupuestos que deberán debatirse próximamente en el Parlamento. La razón es sencilla: se trata de condiciones de imposible cumplimiento.
Parece de todo sentido, incluso el común, que frente a un estancamiento económico, explicado por la caída de la inversión privada y las expectativas empresariales, los empleos se vean afectados como lo hemos observado durante todo el año, con cifras de desocupación altísimas, aunque desde la centralidad del Gobierno nos continúen mintiendo.
Nunca pensé que los políticos fuesen la hermana Teresa de Calcuta, pero ni por asomo pude imaginar que una democracia, por imperfecta que la misma fuese, llegase a ser la pestilente cloaca y trinchera de confrontación en que Pedro Sánchez ha convertido la política allá por donde pise.
El representante del secretario general de Naciones Unidas, Stefan de Mistura, termina de anunciar en el Consejo de Seguridad a puerta cerrada, la partición del Sáhara como posible solución al conflicto que el próximo año alcanzará los 50, medio siglo, así como suena.
La secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, ha presidido la delegación española que ha participado en Marrakech en la XXII Reunión del Grupo Permanente de Asuntos Migratorios Hispano-Marroquí, encuentro en el que también han participado los secretarios de Estado de Seguridad, Rafael Pérez, y la directora general de Relaciones Internacionales y Extranjería, Elena Garzón, del Ministerio del Interior, y representantes del Ministerio de Exteriores.
La ley de leyes era la Constitución (era), ahora pasan de ella en Moncloa y en el Constitucional; algo así como que ha terminado su vigencia al comenzar una forma de tiranía, la que Sánchez nos anuncia: que él va a reforzar su democracia. Decía Napoleón que en política un absurdo no es un impedimento. Claro que mil absurdos sí son impedimentos, Napoleón no vivió el sanchismo.
Dirección General de la Guardia Civil. Policía judicial. Unidad Central Operativa. Las 87 páginas, que ocupan a los que están al tanto de lo que pasa en la política nacional y preocupan al socialismo y asociados, llegaron al ordenador. Sin acuse de recibo y desde tres focos distintos, se unieron, sin mezclarse, con el texto de ‘La clase de griego’, de Han Kang, la escritora surcoreana premiada con el nobel de literatura.
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