La Constitución, en el Título IV, Del Gobierno y de la Administración, define la acción del Gobierno y la competencia y responsabilidad directa de sus miembros. ‘El gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado. Ejerce la función ejecutiva y la potestad reglamentaria de acuerdo con la Constitución y las leyes’ (Art. 97). ‘Se compone del Presidente, de los Vicepresidentes, en su caso, de los ministros y de los demás miembros que establezca la ley’ (Art. 98-1) ‘El Presidente dirige la acción del Gobierno y coordina las funciones de los demás miembros del mismo, sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de estos en su gestión’ (Art. 98.2).
Además de lo definido en la Constitución, hay un error que conviene corregir: se asocia y restringe la acción del gobierno a la responsabilidad única del presidente, pero no es verdad. La Constitución (Art. 98.2) textualmente dicta ‘sin perjuicio de la competencia y responsabilidad directa de estos en su gestión’. Por ello, los ministros tienen competencia y son responsables de la gestión que hagan al frente de sus carteras ministeriales. A todos los efectos, incluidos los penales. A lo largo del tiempo, con gobiernos socialistas y en el de coalición actual, se han troceado y repartido las parcelas del poder gubernamental atendiendo a tres criterios: Situación en las estructuras internas de partido o grupo. Procedencia autonómica-regional. E igualdad hombre-mujer. Así se han conseguido los llamados ‘ministros de cuota’. Por escalafón, autonomía y sexo. Cuando se intenta asociar la capacidad y preparación de personas para encargarse de un ministerio, éstas se supeditan a criterios que tienen poco que ver, o nada, con una acción concebida como eficaz. En el Gobierno actual, hay ejemplos. Por respeto al rol de ministro, sin nombre de personas. Solo carteras ministeriales, con los títulos rimbombantes que hay (web ‘lamoncloa.gob.es’). Para sacar conclusiones privadas: Hacienda. Trabajo. Transición Ecológica y Reto Demográfico. Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación. Justicia, Presidencia y Relaciones con las Cortes. Defensa. Interior. Transporte y Movilidad Sostenible. Portavoz del Gobierno, Educación, Formación Profesional y Deportes. Industria y Turismo. Agricultura, Pesca y Alimentación. Política Territorial y Memoria Democrática. Vivienda y Agenda Urbana. Cultura. Economía, Comercio y Empresa. Sanidad. Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030. Ciencia, Innovación y Universidades. Igualdad. Inclusión, Seguridad Social y Políticas Migratorias. Transformación Digital y de la Función Pública. Juventud e Infancia. En la situación actual, con un Gobierno que puede comprometer el futuro nacional y el de todos nosotros, en o fuera de la UE y la OTAN, con la ley o sorteándola, por lo que conocemos de algunos ministros, parece oportuno ver qué hay y qué se puede hacer en: Asuntos Exteriores, en manos de un diplomático, debe trabajar de acuerdo con la historia y tratados internacionales, sin vaivenes raros, porque ir a China o a otro sitio, puede estropear lo que hay. Relaciones con las Cortes, ajustado al poder legislativo, el ministro debe conseguir que la acción del Gobierno sea fiel al reparto de competencias entre los poderes del Estado. Defensa, en manos de una mujer ex-juez, debe encajar la acción y financiación nacionales en el entorno OTAN. Industria, confiada a alguien con pasado en Hispasat, debe acomodar la industria nacional para convertirla en el puente de comunicación y conectividad en internet y plataformas digitales. Economía, Comercio y Empresa, encargado al que fue Director General de Análisis Microeconómicos y Secretario General del Tesoro debe fomentar el comercio exterior, mejorar la balanza de pagos y corregir errores en actividad empresarial interna e internacional.
El resto de ministros, incluidos los ‘de cuota’, no puede esconderse bajo el palio que tapa al presidente del Gobierno. Por eso, los titulares de carteras ministeriales deben tomar nota. Trabajo, Transición, Interior, Transporte, Educación, Agricultura, Memoria, Vivienda, Cultura, Sanidad, Derechos Sociales, Ciencia. Igualdad, S. Social, Transformación o Juventud. Todos son ministros, personas que, según el diccionario, forman parte del Gobierno como responsables de uno de los departamentos en que se divide la Administración Superior del Estado.
Cada uno en su departamento, ante la justicia, historia y ante todos, son responsables. Sin embustes, bulos ni camelos, son ministros, ni figurantes ni comparsas.
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