MADRID, 8 (OTR/PRESS) Como en "La carta robada", el famoso relato de Edgar Allan Poe, la noticia estaba a la vista de todos. Había sido anunciada por el ex presidente Zapatero y confirmada poco después por Cándido Conde-Pumpido, presidente del Tribunal Constitucional. Antes del verano estará listo el fallo del Alto Tribunal sobre los recursos presentados contra la Ley de Amnistía. Fueron una treintena pero el primero que se dará a conocer es el que presentó el PP. Hay pocas dudas acerca del resultado: la ley será declarada constitucional. Consecuencia inmediata: los golpistas condenados en su día por el golpe del "procés" verán borradas sus condenas y Carles Puigdemont podrá regresar a Cataluña. Sobre ese escenario que está a la vuelta del calendario hablaba Zapatero en una entrevista en La Vanguardia en la que también deslizaba pistas acerca de otro proceso, en este caso de negociación política, en la sombra: "Avanzar en el reconocimiento de la identidad política nacional de Cataluña". Un eufemismo que desembocaría en algún tipo de consulta. Otro referéndum en el horizonte. Tiempo antes, por el camino, asistiríamos a un encuentro de Pedro Sánchez con Puigdemont en días en los que Junts formalizaría su apoyo a los Presupuestos que le darían a Sánchez la llave para completar la legislatura. "Todo depende de Cándido" -se oía decir el lunes en el Ateneo de Madrid tras escuchar al presidente del TC. En política lo que parece, es. Y en relación con el futuro de la Ley de Amnistía lo que está instalado en el barrunto popular es que será declarada compatible con el marco constitucional. Pese al vivísimo debate social al que en su día provocó su aprobación con fórceps en el Congreso por la mayoría Frankenstein y contra la opinión de no pocos juristas de reconocido prestigio que la señalan abiertamente contraria a la Constitución. Pero en paralelo, desde el primer momento, desde los medios afines al Gobierno se instaló en la opinión pública la idea de que la cosa terminaría bien porque, como afirmó en su día el propio Pedro Sánchez: "Constitucional es lo que diga el Tribunal Constitucional". Y en eso estamos. Todo depende de Cándido y por eso Sánchez duerme tranquilo.
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