El índice de precios de consumo (IPC) de China registró el pasado mes de marzo una caída interanual del 0,1%, lo que supone el segundo descenso consecutivo de los precios, aunque a un ritmo sustancialmente inferior a la bajada del 0,7% observada en febrero, según los datos de la Oficina Nacional de Estadística (ONE). Los precios de los alimentos disminuyeron un 1,4% interanual en marzo, frente a la caída del 3,3% en febrero, mientras que los precios de los productos no alimentarios subieron un 0,2% y los precios de los bienes de consumo disminuyeron un 0,4%. De su lado, la tasa de inflación subyacente, que excluye la volatilidad del coste de los alimentos frescos y de la energía, registró en marzo una subida del 0,5%, después de haber bajado un 0,1% el mes anterior. En el caso de los precios de producción industrial, el dato de marzo mostró una nueva bajada, hasta el 2,5% interanual desde la caída del 2,2% observada en febrero. A pesar de la significativa reducción en el ritmo de deflación, Julian Evans-Pritchard, analista de Capital Economics, ha señalado que la aparente mejora se explica en las distorsiones estacionales causadas por la celebración del Año Nuevo Luna, que provocó una fuerte caída en febrero. De este modo, considera que las presiones deflacionarias persistieron el mes pasado y "es casi seguro que se intensificarán en los próximos trimestres, a medida que a las empresas chinas les resulte más difícil exportar su exceso de oferta". En este sentido, advierte de que, si bien las autoridades han mostrado su disposición a intensificar sus esfuerzos para impulsar la demanda interna, gran parte del gasto fiscal se sigue destinando a expandir la oferta de la economía y parece improbable que el apoyo al consumo sea suficiente para compensar por completo la debilidad de las exportaciones. "Por lo tanto, el exceso de capacidad parece que empeorará, exacerbando la presión a la baja sobre los precios", ha apostillado.
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