Las autoridades de Rusia han anunciado este miércoles la expulsión del país de un supuesto antiguo empleado de los servicios de Inteligencia de Moldavia que había llegado al país para "recopilar información clasificada" sobre las políticas de Moscú hacia Chisináu. El Servicio Federal de Seguridad (FSB) ha señalado en un comunicado que el hombre, identificado como Dimitri Rusnak, "llegó a Rusia en 2024 con la misión de recopilar información clasificada sobre los planes de la cúpula rusa en relación con Moldavia, sobre empleados de las fuerzas de seguridad y otras estructuras estatales rusas que participan en actividades de política exterior relativas a Moldavia". Así, ha recalcado que el hombre es "un antiguo empleado del Servicio de Seguridad e Inteligencia de Moldavia que, "actuando en línea con los intereses de la Inteligencia moldava", "intentó legalizar su presencia rn Rusia" trabajando para convencer a las autoridades de que tenía "voluntad de cooperar, supuestamente por el bien del país". El organismo ha subrayado que "el hecho de que llegó a Rusia con objetivos de Inteligencia y subversión fue confirmado a través de una prueba de polígrafo", antes de indicar que "no causó un daño real a la seguridad de Rusia". "Su entrada a Rusia ha quedado prohibida durante un periodo de 60 años", ha zanjado. El anuncio ha llegado cerca de medio mes después de que el Ministerio de Exteriores ruso ordenara la expulsión de tres diplomáticos de Moldavia en respuesta a la decisión de Chisináu de declarar 'persona non grata' a tres empleados de la Embajada rusa en la capital moldava por presuntamente realizar actividades contrarias a su condición de diplomáticos. Las relaciones entre Rusia y Moldavia no han hecho más que empeorar desde el inicio en febrero de 2022 de la invasión rusa de Ucrania, país vecino de Moldavia. A las tensiones bilaterales se suma y también por el aumento de las fricciones en torno a Transnistria, región separatista moldava afín a Moscú.
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