MADRID, 11 (SERVIMEDIA)
Investigadores del Consorcio Centro de Investigación Biomédica en Red (Ciberobn) y la Universidad Rovira i Virgili (URV) han comprobado que el consumo de bebidas con cafeína como el café o el té se relaciona con un mayor deterioro de la función renal en personas de edad avanzada con obesidad y alto riesgo cardiovascular.
Según explicó este martes el centro de investigación, la Enfermedad Renal Crónica (ERC) es un importante problema de salud pública en todo el mundo, que afecta al 10% de la población mundial adulta y a más del 20% de los mayores de 60 años.
Se trata de una patología multifactorial, creciente y costosa, que influye de manera notable en la morbimortalidad y calidad de vida del enfermo renal, especialmente en personas mayores con sobrepeso y obesidad. Por ello, se requieren urgentemente estrategias preventivas poblacionales efectivas y eficientes para combatir o retrasar la progresión de la ERC.
Éste es el contexto que centró el estudio del equipo del Ciberobn liderado por Jordi Salas y Andrés Díaz desde la URV en el marco del proyecto Predimed-Plus. Los científicos exploraron la posible asociación entre en consumo de café, té y cafeína, y los cambios a un año en la tasa de filtración glomerular, un marcador de función renal.
Para ello realizaron un trabajo en colaboración con otros 23 centros de investigación españoles y con la participación de 5.851 personas mayores con sobrepeso/obesidad con síndrome metabólico.
MAYOR RIESGO<strong> </strong>
Muchos componentes dietéticos desempeñan un papel principal en la preservación de la función renal y la prevención/retraso de la progresión de la ERC, como el café y el té, dos bebidas que contienen cafeína y que se consumen ampliamente en todo el mundo.
La semilla del café se caracteriza por su alto contenido en polifenoles (con propiedades antioxidantes), cafeína, vitaminas, minerales y fitoquímicos bioactivos con potenciales efectos beneficiosos sobre la salud. En este contexto, los resultados de los estudios epidemiológicos sobre el consumo de café y té y la función renal han sido inconsistentes.
Los autores observaron que el consumo de café con cafeína y té, pero no el de café descafeinado, se asociaba con una disminución de la tasa de filtración glomerular al año de seguimiento. Tras considerar posibles factores de confusión, se observó que las personas que toman más de 2 tazas de café con cafeína al día (aprox. 50 ml por taza) presentaron un deterioro superior de la tasa de filtración glomerular que los consumidores esporádicos de café (menos de 1 taza al día) o no bebedores de té. Asimismo, el consumo de más de 2 tazas de café con cafeína al día se asoció con un 19% riego superior de tener una perdida rápida de la función renal.
EFECTOS SECUNDARIOS
"El café y el té son ricos en compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, con posibles efectos beneficiosos para la salud humana", aseguró Jordi Salas, coordinador del estudio Predimed-Plus. No obstante, señaló que "existen efectos secundarios potenciales de la cafeína contenida en estas bebidas que, incluso en dosis de consumo moderadas, pueden influir en el estado cardiovascular a través de la ERC y son motivo de preocupación para la población en general y especialmente para las personas susceptibles o en riesgo”.
El café es una de las bebidas más consumidas por la población española y la principal fuente de cafeína en la población mediterránea. En base a los hallazgos encontrados en este estudio, el consumo de bebidas con cafeína puede ser una preocupación para el riñón y los investigadores aconsejan a las personas de edad avanzada con obesidad y alto riesgo cardiovascular reducir o reemplazar el consumo de café con cafeína por café descafeinado para preservar la salud renal.
A este respecto, Jordi Salas explicó además que “se trata de un estudio observacional, por lo que los resultados deben confirmarse mediante un ensayo clínico”. Si se demuestra, los consejos sobre el consumo de café y té junto con la ingesta de cafeína deben incluirse en las estrategias nutricionales para la prevención de la enfermedad renal, particularmente en adultos con alto riesgo.
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