MADRID, 07 (SERVIMEDIA)
La medición de neurofilamentos en sangre permite identificar pacientes de esclerosis múltiple (EM) con mayor riesgo de tener una peor evolución, según lo destacaron varios expertos en el encuentro ‘Neurofilamentos: una nueva perspectiva en el abordaje de la EM’ celebrado este jueves en Madrid.
En este acto, organizado por Roche, los especialistas señalaron que la EM difiere en cada paciente e incluso puede variar a lo largo del tiempo. En esta enfermedad neurodegenerativa, que afecta a más de 58.000 personas en España, la evaluación y cuantificación de los cambios en la actividad inflamatoria y el daño axonal son esenciales para determinar la gravedad, el pronóstico y la elección y respuesta al tratamiento.
Sin embargo, en algunos casos, las pruebas radiológicas y clínicas disponibles no son lo suficientemente específicas o sensibles para captar dicha variedad de cambios.
En este contexto, la cuantificación en suero de cadenas ligeras de neurofilamentos (sNfL) se plantea como una posible herramienta eficaz para predecir los resultados clínicos y monitorizar la actividad radiológica de la enfermedad en respuesta a la terapia.
De hecho, los niveles elevados de sNfL son indicativos de un mayor daño axonal, y se han relacionado con actividad inflamatoria (aparición de brotes y gravedad), y progresión de la enfermedad.
MEDICIÓN DE PROTEÍNAS
En este contexto, el jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario de Cruces de Barakaldo, el doctor Alfredo Rodríguez-Antigüedad, destacó que la medición de estas proteínas funciona como biomarcador para poder monitorizar de manera más continua lo que pasa en el cerebro de las personas con esclerosis múltiple, algo que es muy útil para poder evaluar la respuesta a los tratamientos.
De hecho, añadió, “los neurofilamentos reflejan el daño irreversible que se produce en el cerebro. Actualmente, nos conformamos cuando el enfermo no tiene un brote, porque no somos capaces de ver más lesiones que las que son visibles a través de resonancia, por lo que es un gran avance poder saber que pacientes que, aparentemente están bien controlados, no lo están”.
Por su parte, la jefa del servicio de Inmunología del Hospital Universitario Ramón y Cajal de Madrid, la doctora Luisa María Villar, señaló que “la investigación de los neurofilamentos en la esclerosis múltiple ha ido avanzando de forma vertiginosa. En los últimos años se está comprobando que pueden ser útiles para identificar a los pacientes que van a tener un curso más inflamatorio de la enfermedad, para monitorizar tratamientos y, para evitar, de esta forma, la inercia terapéutica”.
PRÁCTICA CLÍNICA
Por lo tanto, agregó, “el reto ahora es hacer que se incorporen a la práctica clínica y garantizar que todas las plataformas que están disponibles para evaluar los neurofilamentos miden lo mismo para asegurar que cuando damos un valor, lo damos de la misma forma”.
Asimismo, el presidente de la Sociedad Española de Neurología (SEN), el doctor Jesús Porta-Etessam, afirmó que “hoy en día es fundamental contar con marcadores biológicos en las enfermedades neurológicas, ya que son causa del 43% de la discapacidad, tanto física como mental, por enfermedad crónica y, concretamente en la esclerosis múltiple, que afecta sobre todo a pacientes jóvenes, por lo que es muy importante contar con estas nuevas herramientas”.
Por ello, el proyecto NeuroPath-EM, que reunió hoy en Madrid a expertos de diversos ámbitos (neurólogos, inmunólogos, gestores, farmacéuticos…) para impulsar el uso de los sNfL en la práctica clínica generó la ‘Hoja de ruta para operativizar el uso de neurofilamentos como biomarcador en EM en la práctica clínica española’ en la que se recogen una serie de líneas estratégicas y conclusiones que muestran que los datos disponibles apuntan a que la cuantificación de sNfL se presenta como un biomarcador que está demostrando buenos resultados para mejorar el abordaje de los pacientes con EM.
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