MADRID, 21 (SERVIMEDIA)
El secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, oficializó este jueves el final de la mesa de diálogo social sobre la reducción de la jornada laboral, después de 11 meses de reuniones y tras la negativa de la parte empresarial a respaldar la medida, por lo que sentenció que “la patronal dice ‘no’ y se queda sola”. Tras ello, explicó que se disponen a cerrar un pacto con los sindicatos y dará comienzo la tramitación legislativa y parlamentaria.
“Esta es la última mesa de diálogo social. No tendrá más convocatorias”, declaró Pérez Rey tras una reunión con los agentes sociales, y lamentó que el acuerdo “no va a ser posible”.
El ‘número dos’ de Yolanda Díaz en Trabajo afirmó que la patronal tendrá que explicar a 12 millones de personas trabajadoras por qué no es posible, 40 años después, cuando uno puede hacer cosas recurriendo” a la tecnología, formar parte de un pacto para reducir la jornada de forma “sensata”. El objetivo es, según el acuerdo de Gobierno entre PSOE y Sumar, acortar el tiempo máximo de trabajo de 40 a 37,5 horas semanales en 2025.
Tras este cierre de la mesa, el secretario de Estado señaló que se va a llevar a cabo la reducción de la jornada, intentando, “en los próximos días”, alcanzar un acuerdo con CCOO y UGT. “Ambas han manifestado en la mesa que los textos que están encima de la mesa forman parte de lo que podríamos calificar de acuerdo inminente, porque estamos bastante cerca”. Explicó que podrían hacerse algunos “ajustes” pero próximamente se podrá trasladar al Congreso un proyecto de ley.
De hecho, avanzó que este viernes dará comienzo el trámite legislativo, pues Trabajo abrirá la fase de consulta pública de la reducción de la jornada laboral, medida de la que dijo que será el “mayor legado para las próximas generaciones” de trabajadores.
ACUERDO DE ÉPOCA
“Es una pena que la patronal no participe en este acuerdo de época”, lamentó el secretario de Estado. Pese a la “contrariedad” que reconoció que le produce el descuelgue de la CEOE, expresó que están “muy felices” por poder seguir con el trámite de esta iniciativa.
Asimismo, confirmó que “no hay tiempo material” para aplicar el paso intermedio de la reducción de la jornada laboral, pues el acuerdo de Gobierno fijaba que antes de llegar a las 37,5 horas en 2025, en 2024 se implantarían 38,5. La supresión de este paso intermedio la justificó también por la apuesta por el diálogo que se ha realizado desde el Ministerio durante estos 11 meses.
Igualmente, no se atrevió a dar una fecha en la que el texto de la reforma irá al Congreso, pues explicó que ahora da comienzo el trámite legislativo y las negociaciones formales con los diferentes partidos, “salvo Vox”. Recordó que incluso PP y Junts se abstuvieron cuando Sumar llevó una proposición no de ley (PNL) a la Cámara Baja para defender la reducción de la jornada.
SENSACIÓN AGRIDULCE
Por su parte, el vicesecretario de Política Sindical de UGT, Fernando Luján, expresó que siente una sensación “agridulce” por el hecho de que se va a avanzar en los trámites aunque lamentando que sin la patronal. Destacó que ya en julio había sobre la mesa “un texto bastante aceptable” pero la patronal pidió más tiempo de negociación, por lo que se prolongó la mesa.
"¿Por qué no lo dijeron en julio que se estaban oponiendo a la negociación legal y que no había nada que negociar?”, se preguntó Luján, quien sospecha que era una “excusa” para retrasar la reducción del tiempo de trabajo. “Ahí está la sensación amarga que tiene mi organización”, enfatizó.
Pero celebró que “por fin vamos a trasladar a la opinión pública que es posible la reducción de jornada”, aunque aclaró que se debe reforzar de inmediato el control horario, porque “si no, no seríamos creíbles”.
Y es que, en la mesa de negociación se ha estado trabajando, junto a la reducción de la jornada y las ayudas a empresas, en la mejora del registro horario y que este sea digital y accesible para la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS), así como en el endurecimiento de las sanciones cuando la vulneración del tiempo de trabajo ponga en riesgo la salud de los empleados. También se aborda la regulación del derecho a la desconexión digital para que se recoja en los convenios colectivos.
NO NEGOCIARÁN AYUDAS
Todo ello, además de las ayudas a empresas, incorporadas en los textos desde septiembre. Sobre las mismas, Luján avisó de que “por coherencia”, a los sindicatos no les “corresponde” negociar ni defender el mantenimiento de esas medidas sin la patronal “dentro” del pacto.
En la misma línea se manifestó el secretario de Estudios de CCOO, Carlos Gutiérrez, quien también mostró la necesidad de que “la nueva fase sea lo más rápida posible”, porque la reducción de jornada es una de las medidas más demandadas socialmente.
Sobre la negociación bilateral entre sindicatos y Trabajo, Gutiérrez advirtió de que “no hablaría de acuerdo inminente ni de preacuerdo”, porque hay “muchos flecos que tratar”, aunque precisó que aspiran a que si hay pacto “llegue lo antes posible”.
ANTECEDENTES
La penúltima reunión tuvo lugar el 29 de octubre, precisamente el día de la DANA, tras la que las partes quedaron en reunirse el pasado 11 de noviembre. Días antes, Trabajo, de acuerdo con los agentes sociales, decidió aplazar el encuentro para que todas las partes pudieran seguir volcándose en la adopción de medidas en apoyo a los afectados por la DANA.
En el encuentro de finales de octubre, el secretario de Estado de Trabajo, Joaquín Pérez Rey, ofreció ayudas directas para empresas de menos de cinco empleados para los sectores más afectados por la reducción de la jornada laboral para intentar acercar a CEOE y Cepyme a un pacto.
Pérez Rey avisó entonces de que era la “última propuesta” y pidió a las partes que dieran una respuesta definitiva. No hubo sorpresas, pues CEOE y Cepyme se mostraron en contra en todo momento y, tras reunir a sus órganos de dirección, manifestaron oficialmente su negativa.
Y todo ello cuando se cumplen ya casi 11 meses de negociaciones, que dieron comienzo a finales de enero. Tras varios encuentros, sindicatos y patronal negociaron en primavera bilateralmente pero sin llegar a un acuerdo, lo que hizo que en mayo Trabajo volviera a coger las riendas de la mesa.
En junio y en la primera mitad de julio, la propia vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, avisó a la patronal de que si al llegar a agosto no se alcanzaba un acuerdo, la medida saldría adelante igualmente. Así, la tensión entre Díaz y la CEOE fue increscendo, con los sindicatos dispuestos a que se redujera la jornada sin CEOE. Pero antes del parón de agosto Yolanda Díaz destensó la cuerda y abrió la puerta a seguir negociando en septiembre. Y así lo hizo durante semanas, hasta el ‘no’ de este mes de noviembre de la patronal y el cierre definitivo de la mesa tripartita.
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