MADRID, 10 (SERVIMEDIA)
La Confederación Española de Alzheimer y otras Demencias (Ceafa), con motivo del Día Mundial de la Depresión, que se conmemora el 13 de enero, puso el foco en una realidad que afecta tanto a pacientes como a las personas cuidadoras: "la relación entre la depresión, el aislamiento y la soledad. Estos factores impactan en la calidad de vida de quienes viven con ello, y generan barreras importantes para el manejo adecuado de la enfermedad".
Recordó que cuidar a una persona con alzhéimer implica una gran carga emocional y física. La atención constante, las alteraciones en la rutina diaria y el desgaste asociado a las etapas avanzadas de la enfermedad suelen derivar en altos niveles de estrés. A menudo, puede evolucionar hacia estados de depresión en los cuidadores, especialmente en aquellos que no cuentan con una red de apoyo sólida.
"La depresión no solo afecta a la salud mental del cuidador, sino que también conduce a un progresivo asilamiento social. La falta de tiempo, las responsabilidades y el estigma asociado a la enfermedad pueden convertir esa etapa en una experiencia solitaria, dificultando el acceso a recursos de ayuda y empeorando el bienestar global del cuidador", afirmó Ceafa.
El alzhéimer afecta a casi cinco millones de personas, entre pacientes, familiares y personas cuidadoras, por ello, desde la confederación destacan la importancia de promover estrategias de apoyo psicológico, redes de soporte y servicios de respiro que permitan a los cuidadores mantenerse conectados y emocionalmente saludables.
Por otro lado, la depresión también afecta a las personas diagnosticadas en las fases iniciales de alzhéimer. Muchos pacientes experimentan un duelo emocional tras conocer su diagnóstico, lo que puede llevarles a aislarse de sus círculos sociales, familiares y actividades habituales. Este aislamiento, si no se aborda adecuadamente, puede agravar la sintomatología depresiva, creando una barrera adicional para su bienestar.
Además, la depresión en estas etapas iniciales a menudo se confunde con los primeros síntomas de demencia, complicando los diagnósticos y retrasando la intervención adecuada. Una atención temprana y multidisciplinar es clave para diferenciar estas condiciones y ofrecer el apoyo necesario tanto a nivel médico como social. "Es fundamental contar con equipos multidisciplinares que garanticen un diagnóstico certero y un acompañamiento emocional temprano", comentó la entidad.
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