MADRID, 20 (SERVIMEDIA)
Los días de calor extremo en el mar se han triplicado desde 1940 debido al calentamiento global causado por actividades humanas (a partir de la quema de combustibles fósiles, sobre todo), sin el cual casi la mitad de estos episodios extremos no hubieran ocurrido.
Esta es la principal conclusión de un estudio realizado por investigadores de la Universidad de las Islas Baleares, el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (Imedea) y el Centro Nacional de Ciencias Atmosféricas de la Universidad de Reading (Reino Unido).
"Las olas de calor marinas son periodos prolongados de temperaturas elevadas en la superficie del mar, como el que afectó las aguas de las islas británicas y del Mediterráneo en el verano de 2023. Estos fenómenos tienen consecuencias importantes para la vida marina y afectan, por ejemplo, a los arrecifes de coral y a las praderas marinas", según Marta Marcos, investigadora del Imedea.
A lo largo de las últimas décadas, la comunidad científica ha constatado que la frecuencia, la intensidad y la duración de las olas de calor marinas se ha incrementado. El reto sigue siendo cuantificar la contribución del cambio climático causado por las actividades humanas a las olas de calor marinas observadas.
Para ello, el equipo de investigación elaboró un modelo contrafactual de las temperaturas de la superficie del mar desde 1940 a escala global.
Ese modelo elimina las tendencias del calentamiento global, muestra un clima estable y permite comparar estos datos con las tendencias observadas a lo largo de más de ocho décadas para cuantificar la contribución del cambio climático a las olas de calor marinas.
EPISODIOS EXTREMOS
Según los datos de este modelo, un 47% de las olas de calor marinas que produjeron entre 2000 y 2020 no habrían sido calificadas como episodios extremos si no fuera por el calentamiento global.
Además, el calentamiento también se relacionó con un aumento de casi tres veces desde 1940 en el número de días al año en que los océanos experimentan calor extremo en la superficie.
Los resultados también mostraron que el calentamiento global es, en promedio, responsable de un aumento de un grado en la intensidad de las olas de calor marinas a lo largo de estas décadas.
"Si nos fijamos en el episodio vivido el verano de 2023, los datos evidencian los veranos excepcionalmente calurosos que se vivieron entre 2021 y 2023, con incrementos superiores a 2 ºC cada año, atribuibles al calentamiento global", apunta Marcos.
Esta investigadora subraya: "Esta misma responsabilidad del calentamiento global en la generación de olas de calor marinas la hemos podido observar también en episodios que se produjeron en otros momentos y en otras partes del mundo, como por ejemplo la ola de calor del noreste del pacífico entre 2014 y 2015 o la ola de calor que afectó el mar de Tasmania entre 2015 y 2016".
DIVERSIDAD GEOGRÁFICA
Por otro lado, el estudio muestra la heterogeneidad en la distribución geográfica de las olas de calor marinas registradas, de manera que el impacto del calentamiento global se muestra variable según la región.
Así, hay zonas, como las áreas ecuatoriales y tropicales del Pacífico oriental y el Atlántico oriental, donde las olas de calor marinas se producen de manera más frecuente pero no más intensa, mientras que en áreas septentrionales del Atlántico y el Pacífico y en el mar Báltico, no son más persistentes, pero si más intensas.
Los investigadores alertan de que estos cambios tienen impactos profundos en la adaptación de los ecosistemas a las nuevas condiciones climáticas, que responden a una combinación de calor extremo y duración del evento.
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