MADRID, 23 (SERVIMEDIA)
El Fondo Monetario Internacional (FMI) estima que la deuda pública mundial se incrementará este año en 2,8 puntos, más del doble de las estimaciones para 2024, y se situará por encima del 95% del PIB.
Así se desprende del Capítulo 1 de su Monitor Fiscal, publicado este miércoles, en el que ya se incluyen los riesgos de un contexto de "elevada incertidumbre", generada por las medidas comerciales de Estados Unidos y las contramedidas adoptadas por otros países. Esto ha derivado en un incremento de la volatilidad de los mercados y ha debilitado las perspectivas de crecimiento.
Todo ello en un contexto de "aumento de los niveles de deuda en muchos países" y de finanzas públicas sometidas a tensiones, que ahora tendrán que "acomodarse a nuevos y permanentes aumentos del gasto, como el de defensa", como advirtió el FMI.
De hecho, el organismo presidido por Kristalina Georgieva no descartó que la deuda pública global siga incrementándose y se acerque al 100% del PIB a finales de esta década, con lo que superaría los niveles prepandémicos.
Sin embargo, en un escenario más adverso, la deuda pública podría escalar al 117% del PIB para 2027, casi 20 puntos porcentuales más de lo proyectado en un escenario base. Además, ese nivel sería el más alto desde la Segunda Guerra Mundial.
Para evitar llegar a ese descontrola de las finanzas públicas, el FMI advirtió de que los países se verán en la disyuntiva de apostar por políticas fiscales que equilibren la deuda, crear colchones contra la incertidumbre y satisfacer las necesidades urgentes de gasto. Estas medidas tendrán que convivir con "un contexto de perspectivas de crecimiento más débiles y costes de financiación más elevados".
A los aranceles hay que sumar la intensificación de las incertidumbres geoeconómicas, que también podrían aumentar los riesgos de endeudamiento de los países. En concreto, aludió al incremento de la deuda pública por un mayor gasto en defensa.
El Monitor Fiscal del FMI estimó que un aumento significativo de la incertidumbre geoeconómica podría conducir a un incremento de la deuda pública de, aproximadamente, el 4,5% del PIB a medio plazo.
ORDENAR LA CASA
Ante las incertidumbres globales y la rapidez de las transformaciones, el FMI instó a todos los países a poner en orden la casa en lo que fiscalidad se refiere. Esto pasa por aplicar "políticas prudentes dentro de marcos fiscales sólidos".
Todas estas medidas fiscales deben enfocarse en reducir la deuda pública y crear y ampliar colchones para hacer frente a las presiones del gasto y a las perturbaciones económicas.
No obstante, no todos los países se encuentran en la misma situación para combinar los ajustes y, a la vez, mantener el crecimiento económico. Los países con un margen fiscal más limitado en sus presupuestos deberán "aplicar planes de consolidación graduales y creíbles" y cubrir cualquier nueva necesidad de gastos con recortes en otros ámbitos y nuevos ingresos.
Sin embargo, los países con mayor flexibilidad fiscal deberían utilizar los recursos disponibles "con sensatez" y en planes a medio plazo. El FMI recomendó a estos países que el apoyo fiscal a las empresas y comunidades afectadas por las perturbaciones comerciales debería ser "temporal y específico".
Por otro lado, el organismo también instó a las economías avanzadas a ampliar su base impositiva para reordenar sus prioridades de gasto, en concreto, las pensiones y la sanidad, para afrontar los problemas relacionados con el envejecimiento de la población.
En las economías emergentes y en desarrollo, el FMI consideró "crucial" mejorar el sistema tributario, debido a los históricamente bajos niveles de recaudación. Para responder a los desafíos financieros, también resultará preciso reestructurar la deuda de forma "oportuna y ordenada".
Para que estos países tengan que evitar la disyuntiva entre crecimiento y sostenibilidad de la deuda, el FMI propuso una "reformas bien diseñadas de las pensiones y los subsidios energéticos" para generar ahorros y utilizarlos en programas sociales e inversiones en infraestructura.
|