Dos han sido las reuniones que esta pasada semana han tenido lugar con el objetivo primordial de salvar el régimen impuesto mediante la Constitución de 1978. La primera, suficientemente conocida y aireada, la provocada por la Fundación Everis, capitaneada por Eduardo Serra, imposible más sistema. Su consecuencia, una foto de Rodríguez Zapatero con un grupo de empresarios que no representan más que al 15% del PIB y que, seamos sinceros, son parte del problema. Del corrupto y nada democrático sistema. ¿Quién condona las deudas de los partidos políticos? Ningún empresario digno de tal nombre acudiría a servir de alfombrilla a un presidente que ha criminalizado como pocos, repasen los libros de texto que gente como Gabilondo impone en las escuelas, a los emprendedores. Y lo ha hecho por tierra, mar y aire. O sea, que lo de la foto, digan lo que digan los medios del NO-DO, ha sido una tomadura de pelo, una más, al pueblo español.