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Eduardo Madroñal Pedraza
Eduardo Madroñal Pedraza. Licenciado en Psicología, profesor de instituto por oposición en idioma inglés, y orientador educativo hasta su jubilación. Anomalías se titula su tercer libro de poemas. Colabora en diversas publicaciones (De Verdad, Chispas…) en formato digital e impreso. Es militante de Unificación Comunista de España, miembro de Recortes Cero, e integrante de la Mesa Estatal por el Blindaje de las Pensiones. |
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El virus circula y perfecciona su capacidad para transmitirse. Los últimos datos de contagios y fallecimientos por COVID en España son preocupantes. Aunque un alto porcentaje de la población está vacunado, no se sabe la duración de la inmunidad. Todas las medidas de protección son efectivas, en especial si suman. Que las restricciones desaparezcan no es irreversible, la pandemia no ha terminado y no debemos olvidarnos del coronavirus ni de la mascarilla.
“Un día la izquierda lamentará no haberse manifestado ante la embajada rusa”, Enric Juliana. Entendemos que se refiere acertadamente a una parte de la izquierda, no a toda. Porque -aunque la sociedad española ha reaccionado con indignación ante la criminal invasión rusa de Ucrania, y a que, entre la mayoría de izquierdas, hay una corriente abrumadora de denuncia de la agresión al pueblo ucraniano- existen algunas peligrosas confusiones que es necesario aclarar.
Somos españoles, pero también somos -hemos sido y seguimos siendo en nuestra vida colectiva- saharauis, palestinos, yemeníes, y un larguísimo desgrane de pueblos en lucha por la defensa de su independencia frente al hegemonismo y al resto de las potencias imperialistas del mundo. Tenemos su sangre, somos hermanos. Ahora también tenemos sangre ucraniana.
No debemos cantar victoria todavía. Los nuevos aumentos en Asia, los repuntes en Europa y el riesgo de nuevas variantes nos avisan para que seamos prudentes. No se puede saber actualmente si se producirá a una séptima ola en España. Hay tendencias que deben preocuparnos.
Metalengua / A veces las palabras/ son simplemente palabras/ a veces las palabras/ atraviesan el corazón/ y se clavan en la conciencia, / a veces el espacio/ parece otro universo/ a veces el tiempo/ atraviesa el universo/ y te clava en la realidad.
La inflación está devorando las rentas de las clases populares. Y la guerra de Ucrania, aunque actúe, no es el factor determinante, sino el atraco y la voracidad oligárquica. Es impostergable redistribuir la riqueza. Necesitamos un pacto de rentas que garantice el poder adquisitivo de salarios y pensiones y proteja a autónomos y pymes.
La guerra ha vuelto al corazón de Europa. Al desatar la invasión de Ucrania, Putin está amenazando la paz mundial, provocando una guerra que deja ya un alargado rastro de sangre y desestabilización. Miente cuando afirma que busca liberar a Ucrania del “gobierno nazi” de Kiev o “defender la independencia” de las regiones del Donbass. Miente. Quien hoy ocupa el lugar de los nazis que invadieron Ucrania es Putin.
Aunque el levantamiento fascista en España -imposible sin el apoyo decisivo de la Alemania nazi y la Italia fascista, y, por supuesto, el dejar hacer de las otras potencias imperialistas europeas y estadounidense- fuera la antesala de la segunda guerra mundial, la clave de la coincidencia entre Kyiv (Kiev en ucraniano) en 2022 y Madrid en 1936 está en el sufrimiento y la resistencia de los pueblos español y ucraniano en su lucha por la libertad y la independencia.
Denunciamos tajantemente la invasión de un país soberano, su ocupación militar y el intento por fragmentarlo, separando por la fuerza una parte de su territorio, provocando un conflicto que amenaza con dejar un rastro de sangre y desestabilización, y graves consecuencias económicas, políticas y militares, amenazando la paz mundial.
Que la guerra interna del Partido Popular sea analizada -con amplitud y abundancia en los medios de comunicación- como una lucha fratricida y personalista -por no decir como un Juego de Tronos- por liderar la derecha, oculta la realidad. Destacar la ruidosa trama de espionaje o el escandaloso caso de corrupción confunde e impide ver en qué circunstancias ha tenido lugar este estallido.
Con todo respeto, estimado Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, respeto por usted y por su pueblo, ¿quién es ahora el auténtico enemigo de México? Es, sin la menor de las dudas, Estados Unidos. No es bueno para las gentes mexicanas la más mínima confusión sobre quién es el verdadero enemigo de su país.
La deuda pública de Estados Unidos ha superado los 30 billones de dólares según el propio Departamento del Tesoro con un aumento de 7 billones en los últimos dos años. Dentro del gasto que genera tamaña deuda se encuentran los 768.000 millones de dólares para el oficial presupuesto militar del próximo año fiscal promulgado por el presidente Biden.
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