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Derribo y locura

MADRID,10 (OTR/PRESS) Trump se ha ahorrado los gastos del derribo; se lo ha hecho gratis su amigo Netanyahu. Ya no tiene sino que desescombrar y, bueno, sacar de allí a los dos millones y pico de seres humanos que él percibe como molestos okupas. Pero aun ésto se lo puede facilitar su colega, que ya ha encargado al ejército la elaboración del plan para su deportación masiva hacia ningún sitio. El que ocupaban, en el que vivían, el que les pertenece desde el principio de los tiempos, el que ha sido minuciosamente demolido, es un magnífico emplazamiento para el lujoso complejo vacacional con cuya delirante construcción especula.

¿Quiénes son esos muertos de hambre, literalmente muertos de hambre, para oponerse al designio del emperador? Agradecidos deberían estar, los que quedan, de no haber sucumbido a las bombas que ya el Imperio le envió al amigo para el desbroce y el desmonte de los terrenos. ¿Y quién es la Comunidad Internacional, que tanto cacarea, para oponerse? La locura ya está en marcha, y la locura, cuando se desata, no conoce otro límite que el último, el de la autodestrucción. Hitler, que quería hacer de Polonia y de la Unión Soviética un emporio de solaz para la raza aria, no paró hasta ese límite, hasta la demolición de la propia Alemania: Hamburgo, Dresde, Múnich, Colonia, Berlín... Ruinas sobre ruinas.

Sobre la sangre, las vísceras, los miembros amputados, la carne rota, la desesperación, el terror, el hambre, el frío, la enfermedad y la muerte, pretende Trump edificar su gran complejo turístico, algo como Las Vegas pero bañado por el mar más bello y más siniestro del mundo. ¿Por qué no? ¿Quién puede estorbarlo? ¿China? ¿Rusia? Bah, todo es cuestión de un acuerdo entre pares para el reparto de terrenos. Gaza por aquí, Ucrania por allá. ¿Quién más? ¿Europa? A Europa, hoy por hoy, no le llega la camisa al cuerpo, y ni siquiera tiene una voz unívoca propia.

El caso es que Trump se ha ahorrado el coste del derribo, que sale siempre tan caro. Todo el mundo dice que su terrible ocurrencia inmobiliaria es una locura, pero ¿cual de las que tiene no lo es, y ya las ha puesto en marcha?

Imposible precisar qué es más asombroso, si que los que se salen de Vox aseguren hacerlo porque en el partido no hay democracia interna ninguna, o que una chirigota de los Carnavales de Cádiz no tenga ni pizca de gracia, absolutamente ninguna. Sobre lo primero, cabría preguntarse cómo es posible que alguien, por muy despistado que sea, eche en falta la democracia interna en un partido al que la externa, es decir, la democracia en general, no le suscita el menor entusiasmo, y sobre lo segundo, lo que cabría es, sin más, pasmarse. Ahora bien; que la gente se vaya o la echen de Vox y que el ilustrado pueblo gaditano expulse de su fiesta mayor a quien, no muy lejos, por cierto, de los postulados del mencionado partido, se propone aguarla o envilecerla, devuelve ambos sucesos, el de las defecciones continuas en lo de Abascal y el del finiquito a la insensata cuadrilla que profanó el teatro Falla, al mundo de la cordura.

6 de febrero de 2025.

Dice Donald Trump que "arancel" es la palabra más bella que existe. Aun teniendo en cuenta que, por su escasa instrucción, no debe conocer muchas palabras, el hecho de que le subyugue precisamente esa (que no es esa, arancel, sino la voz que viene a significar lo mismo en inglés, "tariff"), podría revelar un cierto refinamiento, hasta ahora impensable, en su persona, pues, si no la que más, la palabra arancel es, en efecto, muy bella. Podría revelar eso, pero no lo revela, pues lo que le emociona de ella no es su eufonía, ni el delicado juego que celebra entre el paladar y los labios al ser pronunciada (que él no pronuncia, pues "tariff" es más cosa de dientes, dientes, que es lo que les jode, como diría la Pantoja), sino su significado. Esto es, que lo que a Trump le parece bello es el "bullying" que con el arancel puede hacer a las economías de los países a los que el suyo compra mercaderías.

4 de febrero de 2025.

Una empresa china ha sacado una nueva Inteligencia Artificial que ha arrasado en el mercado del ramo, hundiendo rápidamente en la miseria, es un decir, a las que manufacturan los cortesanos tecnológicos de Trump. Se llama DeepSeek, y si ya de suyo la Inteligencia Artificial es una cosa inquietante, más lo es ésta que no sólo responde ajustadas bobadas a las bobadas que le preguntan, sino que, por lo visto, imita el proceso cognitivo humano. ¡Arrea!

30 de enero de 2025.

El Gobierno sabrá, y no estaría de más que lo explicara, por qué ha metido la devolución de un palacete en el llamado "decreto ómnibus" que establece la subida de las pensiones, las ayudas al transporte y los recursos destinados a paliar las devastaciones de las riadas de octubre y del volcán de La Palma, y la oposición de las tres derechas sabrá, y también debería explicarse con alguna congruencia, por qué le parece tan mal, hasta el punto de votar en contra del paquete y hacer abortar el decreto, que se restituya a su legítimo propietario, el PNV, el inmueble parisino que le robó la Gestapo durante la ocupación nazi de Francia y que transfirió seguidamente a la Falange y, al cabo, al ilegítimo estado franquista.

28 de enero de 2025.

MADRID, 22 (OTR/PRESS) Diríase que a quien investiga el juez Adolfo Carretero es a Elisa Mouliaa, la denunciante de un presunto delito de agresión sexual, a tenor de la naturaleza y el tono del interrogatorio a que la sometió en el curso de la instrucción del caso. Es más; diríase que lo de menos era lo que pudiera decir la presunta víctima en orden a fundamentar su acusación a través de su relato de los hechos, pues las preguntas del juez parecían orientarse más a desarmar dicho relato que a discernir, mediante su confrontación con el del imputado, Iñigo Errejón, la verdad unívoca de lo sucedido la noche de autos entre ambos.

23 de enero de 2025.

Para quienes no creen en las casualidades, la coincidencia de la proclamación presidencial de Donald Trump con el llamado "Blue Monday", el Día Más Triste del Año, refrenda enormemente su creencia, es decir, su no creencia. Según esa majadería tan extendida de hacer que todos los días sean el día de algo, de la paz, de los maestros de escuela, de la ensaladilla rusa, de las ballenas jorobadas o de la pintura al temple, el tercer lunes de cada enero es designado como el día más triste del año, pero aunque en ésta ocasión el vaticinio parece acertar, lo más probable, e indeseable a un tiempo, es que estén por venir, sin ser lunes ni ser enero, días mucho más tristes aún.

21 de enero de 2025.
 
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