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En el Libro del Apocalipsis en el Nuevo Testamento se habla de cuatro jinetes con autoridad «para matar a la cuarta parte de los habitantes de este mundo con guerras, hambres, enfermedades y ataques de animales salvajes». Durante siglos y en muy diversas culturas fueron la expresión de las grandes amenazas que se cernían sobre los seres humanos.
Hay dos costumbres inveteradas cada vez que empieza el año: desearse felicidades unos a otros, y hacer predicciones sobre los acontecimientos que puedan producirse a lo largo del tiempo. Por mi parte deseo a los míos: éxito en sus estudios, en sus trabajos, en su elección de pareja que hago extensivo a todos los demás. Para los que ya estamos viejos deseamos que nuestros achaques no resulten dolorosos, penosos ni latosos para los demás.
En la guerra de secesión norteamericana, según estudios de los mismos estadounidenses, la mortalidad sufrida por los combatientes heridos sometidos a cirugía superaron ampliamente al promedio que siglos antes habían logrado culturas precolombinas como los incas.
En la guerra de secesión norteamericana, según estudios de los mismos estadounidenses, la mortalidad sufrida por los combatientes heridos sometidos a cirugía superaron ampliamente al promedio que siglos antes habían logrado culturas precolombinas como los incas.
Ana Vidal Egea finaliza su escrito ¿Quién quiere vivir para siempre? con estas palabras: “La pregunta es: ¿debemos preocuparnos para vivir para siempre o por vivir en las mejores condiciones posibles? La periodista cita al billonario Larry Ellison, de 73 años que “está invirtiendo obsesivamente para prolongar la vida, lo que es lo mismo, retasar el envejecimiento”.
Una viñeta de <b>El Roto</b> muestra una señal de desprendimiento de piedras que se coloca en las carreteras para alertar a los conductores. En el interior del triángulo una boca vomitando piedras. El texto: “Peligro, Proclamas”. Las piedras que vomita la boca bien se podrían sustituir por serpientes y ranas que es como se suelen representar las palabrotas que a menudo salen por nuestras bicas.
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