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En la sociedad digital en la que ya estamos instalados se nota la influencia de la dispersión producida por la digitalización constante y continua. Estamos asistiendo a un cambio social sin parangón. En la política cada vez con mayor intensidad se libran batallas mediáticas en las campañas electorales a través de medios técnicos y digitales que son más sofisticados que hace años o décadas.
Paco Plaza vuelve a jugar con la psicología y adentrarse en la oscuridad con este nuevo thriller psicológico y sobrecogedor, emocional y aterrador en el que una joven modelo llamada Susana acude a la llamada de una enfermera que atiende a su abuela tras sufrir un ictus cerebral.
Anthony Hopkins siempre es un acierto. Ya desde sus inicios, sabemos que es un hombre camaleónico y que cualquier papel le va bien. Y la película que nos ocupa en esta ocasión no es una excepción. Nos tiene acostumbrados a la impecabilidad de sus personajes, aunque se trate de un personaje sencillo, sin matices, el típico abuelete que nos trasmite ternura y bondad, con esa vis cómica suya tan característica.
Poco o nada tiene que ver el título de la película con la trama que nos presentan; ni siquiera hacia el final – sin hacer spoiler – cuando rozamos esas posibles aguas profundas de los ríos y lagos de Lousianna en las que tiene lugar un suceso. De la mano de la muy acertada Ana de Armas y del insípido Ben Affleck, descubrimos a una pareja consolidada que se nos presenta como un idílico matrimonio.
El varón argentino del presente relato se llama Amancio. Intentaré estructurar un friso (acaso lo será para algunos lectores) crudo y fidedigno. Quien esto escribe, también varón y argentino, se apropiará del transcurrir de una jornada de su amigo del alma. El que lo es desde que cursáramos el colegio secundario en un barrio al que no pertenecíamos: Mataderos. Tenemos la misma edad y parecida conformación física.
"Tercer Cuerpo" se estrenará el próximo 24 de marzo en el Teatro Infanta Isabel de Madrid. Esta función está escrita y dirigida por el dramaturgo argentino Claudio Tolcachir y protagonizada por Natalia Verbeke, Carmen Ruiz, Carlos Blanco, Nuria Herrero y Gerardo Otero. Una oficina destartalada, la casa de una pareja, un bar y un consultorio médico. Diferentes sitios que se alternan en un mismo espacio conjugando la vida de cinco personajes.
En esta obra, la séptima que publica, el novelista recorre maravillosos lugares entre el río Magdala y Agua Viva, “el último pueblo de aquel peñasco de montaña...” en donde se recrea la historia. El escritor, nombre con el cual se referencia al protagonista, va a donar a las Bibliotecas Públicas de varios municipios, durante tres días, algunas de sus novelas de ficción social.
Se inicia en Toledo el rodaje de Fenómenas, una nueva película que se estrenará próximamente a nivel mundial. Dirigida por Carlos Theron y escrita por Fernando Navarro y Marta Buchaca, se rodará durante las próximas nueve semanas entre Toledo y Madrid como principales localizaciones. Está protagonizada por Belén Rueda, Gracia Olayo, Toni Acosta y Emilio Gutiérrez Caba.
En bombacha hace flexiones en la barra (un metro y setenta y siete centímetros de muy buena madera) engrampada en la pared lila. Hoy es viernes feriado nacional y nuestra kinesióloga no trabaja ni concurre al seminario de posgrado. Pudo haber ido a un picnic con gente del hospital, en Virreyes. No se suspendía por lluvia y garúa desde el amanecer. Pudo haber presenciado el ensayo de “Los Húsares” en el Centro Dramático Buenos Aires.
A lo mejor, era, pero efectivamente no lo es. En un aposento obscuro, derruido por el tiempo olvidado, era como estar en un profundo y nítido sueño. No eran cosas olvidadas, más bien era una noble invitación, para observar desde la ventana esa realidad, y erguido en la mirada don Pedro fijó la vista en la soledad y quietud de la madre naturaleza, al ver las flores, y dispersado cantar su himno mañanero, ver arboleda descolorida por la sequedad del tiempo.
Eran las nueve de la mañana, el reflejo de los rayos del sol penetraban dulcemente en la sala de⁸ don Guadalupe, que leía afanosamente el libro Elogio de la locura del autor Erasmo de Rotterdam, y de soslayo volvía a ver su biblioteca echándole la mirada al libro Crimen y Castigo de Fiodor Dostoyevski, fue tanta su inquietud que lo tomó pero volvió a ponerlo en su lugar, y sacó otra obra letrística, La piel de Zapa de Honoré de Balzac.
Durante un primer lapso se las arregló sin trabajar, adaptándose, recién llegada de un pueblo del Paraguay donde sus familiares, en condición de propietarios, se dedicaban a tareas de campo, la ganadería, los naranjales. Al nacer había pesado cuatro kilos, y lloraba mucho, lloraba por nada. La operaron, siendo beba, de una hernia de ovario, y ella sí que no se privó de padecer todas las enfermedades comunes de la infancia.
En la enorme casona después de la muerte material, viaje a la segunda “vida” de Abultasén Abel, sus conocidos, ex trabajadores, y la comunidad arábiga aquí en la tierra le recordaban y discurrían, así: “Veremos quién triunfa, en la otra vida, las bellas letras o las muecas de letras como comedia tortuosa y signos de víbora envenenada que transforman la psiquis de esa palabra escrita que quiso competir con las bellas letras en esta vida. Esperemos noticias”.
Esta noche me apetecía ver una película de esas que no son de pensar, de las sencillas, básicas y que no fueran un pastelón. Nada más abrir Prime video he visto una película que me ha llamado la atención, se titulaba “Cazadores de leyendas”, la portada era un estilo a las de Indiana Jones, así que, como no tenía tráiler, me he leído de qué iba y me he aventurado a verla.
Caminaba sin rumbo fijo. Iba con la cabeza agachada. Si alguien hubiese reparado en él hubiera observado en sus ojos una tristeza y amargura infinitas. Juanito no sabía a dónde ir. Llevaba por lo menos tres horas andando. Era una mañana fría de invierno. El aire frígido le calaba hasta la médula de los pobres huesos de su cuerpecillo de nueve años.
Dark Light Voyage, de Tin Dirdamal, es un tránsito hipnótico que nos sumerge en un cruce muy personal entre documental en primera persona e historia de crímenes, como si reformulara desde la realidad los códigos de un Orient Express para trabajar con las cenizas del género y volver a prender el fuego íntimo del misterio.
Leo con calma, pese a sentir el tiempo en los talones, La sal del olvido, novela de Yasmina Khadra que me va envolviendo en la trama que interpretan unos personajes que ya no tienen otra razón de ser que la de héroes perdedores. Libro lleno de emociones, hurga en el alma de su personaje, para mostrar que éste no acepta la derrota
La puerta no aguantaría demasiado, iba a morir, lo sabía, no tenía demasiado con lo que defenderme, bueno, sí, podía matarlos de risa cuando me vieran con mi pijama de princesa Disney, mis deportivas y una espada de plástico de Starwars, miré aquella mochila llena de dinero que custodiaba con aquella estúpida espada, mi tesoro.
Mis manos estaban manchadas de sangre, su cuerpo a mis pies, y sus ojos inertes me miraban con sorpresa incapaces de creer lo que había hecho. Miré mis manos, ¿cómo había llegado a convertirme en una asesina? No podía creer que ella me hubiera traicionado. Cuando miré sus ojos muertos supe que todo había terminado, la vida puede cambiar radicalmente en un año. Mi mente volvió un año atrás.
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