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Desde Recortes Cero condenamos enérgicamente el bombardeo y los atentados perpetrados por el gobierno de Israel contra el Líbano, que han causado casi 600 muertos y cerca de 2000 heridos, entre ellos decenas de niños. Cuando se cumple casi un año del inicio del genocidio en Gaza, el gobierno de Netanyahu ha dado un peligroso paso en una espiral de guerra que pone a todo Oriente Medio al borde de una gran conflagración.
Educo deplora que este fin de semana otro centro educativo en Ucrania, situado en la provincia de Lugansk, haya sido el blanco de ataque de un bombardeo que ha dejado 62 personas muertas o desaparecidas. El colegio era utilizado como refugio antiaéreo por la población civil y las autoridades ucranianas creen que el ataque no ha dejado supervivientes.
Ninguna vida civil es un objetivo militar legítimo, no hay, ni puede haber, justificación para el bombardeo de una maternidad. Aunque pedimos que se respete el derecho internacional humanitario y el derecho internacional de los derechos humanos para evitar las víctimas civiles, sólo hay una forma segura de que los actores militares puedan garantizar que no están lanzando bombas sobre civiles: no lanzando bombas en absoluto.
La devastación que dejaron las bombas Little Boy y Fat Man en Hiroshima y Nagasaki el 6 y 9 de agosto de 1945, en Hiroshima unas 80.000 personas fallecieron de forma inmediata, y entre 50.000 y 100.000 más los días posteriores a causa de las heridas, o en los años siguientes como consecuencia de las radiaciones. En Nagasaki se estima que murieron cerca de 100.000 personas, y entre 45.000 y 70.000 posteriormente por las radiaciones.
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