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En las últimas horas, el régimen de Bashar al Assad en Siria ha colapsado tras una ofensiva rebelde que ha culminado con la toma de Damasco, poniendo fin a 24 años de gobierno y a una guerra civil que deja más de 500.000 muertos y millones de desplazados. La corrupción y las violaciones de los derechos humanos han sido una constante durante su administración.
Hace algunos días, el señor Mikhail Zygar publicó en “The New York Times” (reproducido por el diario “Clarín” de Buenos Aires), una columna que reavivó algunas elucubraciones mágico religiosas que están dando vueltas en el ambiente con respecto a la guerra en Europa. El escrito del periodista ruso parece no tener esa intención, pero deja el tema flotando en la atmosfera.
Partamos de la premisa de que ninguna muerte es ni estúpida, ni tonta, pero hay momentos en la historia, este que referiremos es uno de ellos, en los que el fallecimiento de una persona ha sido causado por un suceso a veces trivial, a veces jocoso, pero con desenlace funesto. En ocasiones fortuito, o imprevisto.
Cuando llega el otoño el pelo parece caerse mucho más, aunque en realidad es un proceso natural del ciclo capilar que se pone en marcha durante unos meses. Si después de un tiempo no se nota un descenso en la caída del cabello, podría ser hora de consultar a un experto capilar para descartar problemas como la temida alopecia. ¿Cuándo pasa de ser normal a ser una señal de alarma capilar?
No es con alegría que reportamos la desintegración de Perú Libre. Quien escribe estas líneas llamó a votar por PL en las 2 vueltas presidenciales y quiso que éste se amplíe y se convierta en el primer partido de masas de la izquierda peruana. La desintegración de PL debe ser estudiada para sacar las lecciones correspondientes.
La caída del cabello en otoño es natural, forma parte de la vida igual que se caen las hojas de los árboles o el pelo de los animales, es un proceso normal, que no tiene que ser motivo de preocupación. Más que una pérdida de pelo se tiene que considerar una renovación.
Cuento partes de mi vida, caídas algo dolorosas que demuestran mi fragilidad, pensamientos y reflexiones sobre mi familia celestial, a la que cada vez se suman más gatos, y se cuidan entre ellos. Y aunque les considere mi familia y lo sean realmente, yo no voy a la Iglesia los domingos, no rezo por las noches desde tiempos inmemoriales, pero sí hablo con Dios,
Después de casi cincuenta y dos años de casado ya creo haber superado sin peligro la primera C y no creo que jamás caeré en la reincidencia. Por lo concerniente a la segunda, a la evacuación del tracto intestinal, creo que, de momento, funciona bastante bien y sin alteraciones notables. Con referencia a la tercera C no puedo decir lo mismo.
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