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Aquel ángel que lloró, quería el fin del sin son, quería un nuevo son para una nueva era algo antigua.
Aquella vez que no supimos perder volvió a vencer a la confianza de nuestro destino algo lejano...
La vida se fue apagando lentamente tras un bello y lejano querer.
Llegó hasta dentro de tu ser, decidiste abrirte y soñar tus penas...
y mil mares de tormenta cayeron por tus retinas tristes y transparentemente de luto...
Bebo un poco de Bukowski, me fumo un poquito a Bukowski, o me tiro un poquito a Bukowski.
Y el ayer llegó al fin de sus horas tristes...
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