Repentinamente, sonó el despertador, lentamente se fue despertando y regresó a la rutina de su monótona vida.

Conde Blanquellty era un caballo saleroso, fresco, fino y muy fiel a las doncellas y yeguas, en ocasiones parecía que quería hablar, y de no ser porque no se entendía nada, podría decirse que lo hacía.

Lentamente, empezó a saborear aquel bombón con nata...

Del Quijote y sus otras novelas y escritos se desprende una fina percepción de las complejidades de la vida y de sus avatares.

¿Qué el tiempo llaman?, ¿qué el tiempo es?, ¿qué es el tiempo?...

Entre cuento y cuento de los que Alejandra se enteraba, ella veía por la ventana y veía “La Aurora Boreal”. Que bonita le parecía. ¿Quién dice que ese espacio no existe?

Aquella vez que me fui, fue paseando por mis playas internas...

Adam, tenía un don... era muy, muy guapo.

Incluso en silencio escucho tu nombre que me llama y no puedo olvidarlo que por contestarlo pierdo el sentido y acelero mis latidos.

Cuando vea como se lo queda ella, se queda con el amor que destinado iba a ser...

Estoy muy triste, quisiera olvidar que de pena pierdo el rumbo de mis pasos...

El afilador pasa una vez en la vida. Quien es precavido, afila sus cuchillos, quien se olvida, jamás podrá volver a cortar con ellos...

Alejandra siempre fue a trabajar como quien va sobre nubes, evitando obstáculos y no viendo nunca demasiado los malos tratos de nadie. Iba al grano. Sabía sus funciones y las desempeñaba. No quería problemas que la hundieran.

Ignoro tu risa vulgar en tu ausencia …he nacido así… Ignoro tus ojos pieza rota soy más busco salir.

Pico nevado de Huwitarspil Nheuquistét.

El enemigo falsamente amigo, aquella enemistad del odio eterno, la envidia disfrazada de rojo.

Era mejor estar sola… que intentarlo de nuevo, de nuevo el silencio…

La Reina Sofía preside el concierto organizado por Rotary Club Palma Ramon Llull en beneficio de Proyecto Home que se está celebrando en la Catedral de Mallorca y al que han acudido más de 1.000 personas.

A Alejandra, a los dieciséis años le gustaba un hombre de que tendría unos treinta y cinco, pero él no le hizo caso, pues ese “señor” era más rico.

El fantasma salió de su guarida del castillo a recibir a sus nuevos huéspedes y les dijo: "Bienvenidos a mi casa, yo nunca quiero intrusos..."