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La Fundación de las Cajas de Ahorro (Funcas) ha mantenido su previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para este año en el 4,2% y ha reducido en 1,3 puntos su previsión para 2023, hasta el 2%. El recorte se debe principalmente a que la inflación va a ser “más elevada y persistente” de lo previsto, a que los tipos de interés “se van a elevar” y el sector exterior “va a comportarse algo peor de lo que esperábamos” debido a la coyuntura europea.
Comentario de mercado elaborado por Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión en multiactivos eToro, en el que aborda la desaceleración del crecimiento económico en las principales economías del mundo, aunque destaca su apuesta por “un repunte sostenible en forma de U más adelante en el año, ya que el crecimiento sigue siendo resistente y la inflación alcanzó su punto máximo”.
“Dado que el BCE está más preocupado por la dinámica de la inflación que por el crecimiento, creemos que continuará el proceso de normalización de la política monetaria. El Consejo de Gobierno probablemente decidirá poner fin a las compras netas de activos en el marco de su programa regular de compra de activos este mes, y preparará al mercado para las subidas de los tipos de interés en julio y septiembre, las primeras en la zona euro en los últimos once años”.
¿Ha mejorado Juan Manuel Moreno Bonilla, actual presidente de la Junta de Andalucía, la economía en su comunidad autónoma?
José Carlos Díez es un economista bastante conocido gracias a sus habituales intervenciones en los medios de comunicación, en donde ya ha dado muestras inequívocas de su falta de independencia y servilismo o de su profunda ignorancia. A diferencia de lo que me ocurre con otros economistas, como pueden ser Daniel Lacalle o Juan Ramón Rallo, con los que tengo grandes diferencias teóricas pero una relación de cordialidad y respeto, con Díez no me hablo desde hace tiempo.
El 45,1% de los españoles considera que la invasión rusa de Ucrania tendrá “mucha influencia” en la situación económica de la población española, mientras que un 41,8% limita los efectos de la guerra sobre la economía doméstica en “bastante”, según el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Además, el 50,3% de los participantes en el barómetro cree que la invasión de Ucrania tendrá “mucha” influencia sobre el precio de los carburantes.
Las dudas ante una próxima recesión se elevan entre los inversores y, aunque todavía lo hacen de forma tenue, también constituye una tendencia innegable, a juzgar, por ejemplo, por los datos del motor de búsqueda de Google. ¿Deberíamos preocuparnos seriamente, a pesar de que las previsiones de crecimiento económico para 2022 sigan siendo muy altas (más de un 3 % en Europa y EE. UU., según el consenso de Bloomberg) y aún más de cara a 2023?
Tras una etapa económica dulce impulsada por favorables vientos de cola, la irrupción de una borrasca pandémica procedente de Ucrania provocará vientos huracanados de dirección caótica que podrían tambalear los cimientos de la economía mundial. Así, tras la guerra de Ucrania asistiremos a la aparición de un nuevo patógeno: el DDD (Deuda Pública desorbitante, Desbocada inflación y Desempleo endémico).
Pedro del Pozo, director de inversiones financieras en Mutualidad de la Abogacía, expone diferentes hipótesis sobre posibles perspectivas económicas para los distintos escenarios hacia los que podría evolucionar la actual guerra en Ucrania. El primer escenario es el de un acuerdo de paz, el segundo consiste en una chechenización del conflicto y, por último, también señala dos escenarios de cola.
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