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El hombre camina siempre con el interrogante responsable de su propio misterio. La participación como miembro libre en la aventura, “¿programada?”, del gran misterio que es la “universalidad de la vida”; comienza con la captación de los primeros signos diferenciales a partir del nacimiento: el gusto, el tacto, bienestar y rechazo.
No es un secreto para nadie que en el mundo existen zonas que se encuentran en permanente estado de conflicto, ya sea político, ideológico, económico o con el objetivo de acaparar poder. Territorios que acaban castigando a aquellos que jamás intervinieron.
El amor impersonal suele ser un amor elevado en el que no es necesario buscar excusas para querer y amar, pues ambas partes son una misma unidad dentro de un mismo espíritu. Un amor que va más allá de la posesión y, aunque no se reconozcan en un primer momento, se comportan en la misma onda y al unísono, en ocasiones hasta de caracteres parecidos y no se es consciente de ello.
Proteger vidas y medios de vida es algo que debería tener presencia real en las agendas de todos los líderes del mundo, para poder cerrar el cúmulo de brechas que nos invaden y las injusticias que nos acorralan. Por desgracia, la incoherencia nos domina y nos sorprende en cualquier esquina. Por una parte, proclamamos solemnemente los derechos inviolables de la persona y resulta que no pasan del papel a los hechos.
Esta noche estoy en vilo de mi ser.
Todos esos años, que fueron muchos, los vistieron de SENTIMIENTO DISFRAZADO DE RELIGIOSA HUMILDAD, DE PACIENTE SUFRIMIENTO Y DE ESPERANZA FINAL… Directores de orquesta, al uso, compusieron toda una obra rítmica, llena de aparente profunda y sumisa religiosidad.
El mejor viaje es hacia uno mismo, que es donde verdaderamente se pueden romper barreras, superar fronteras, intimar cambios, compartir y despertar sentimientos, construir horizontes de esperanza. Nunca es tarde para ponernos en marcha con nuevas ilusiones. Nos hace falta propiciar la gran revolución de la ternura, al menos para sentirnos, tras el reposo de la pasión, vinculados a la gran familia humana. Pensábamos que el dinero abría todas las puertas, estimándolo más de lo que realmente vale, porque aniquila más espíritus que, el propio hierro, cuerpos. Demasiadas servidumbres para multitud de catástrofes. Olvidamos que somos vida que da vida, lo máximo, lo importante ahora es no destruirse.
Lentamente, amanece cada día.
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