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Regenerarse para concebirnos constructores de una nueva época, que nos exhorte a entrar en sanación para poder resurgir de nuestras propias miserias mundanas, es retomar a la sensatez sin la camisa de fuerza, desterrado el bochornoso tráfico de armas que sólo alimenta los conflictos.
Este artículo está dedicado a todos aquellos, hombres y mujeres anónimos que desde su solidaridad aportan ese grano de arena para construir la playa de la Humanidad. En tiempos convulsos, emocionan los gestos solidarios de aquellos que intentan hacer un mundo mejor y más justo. Momentos que generan esperanza en un mundo que se envuelve en conflictos externos e internos.
A través de sus campañas, la fundación busca concienciar sobre la importancia de fomentar el universo del juego en tratamientos de cáncer pediátrico, celebrando, jugando, cantando y compartiendo momentos con sus amigos. Por lo importante que es el estado de ánimo durante ese largo camino que tienen que recorrer estos pequeños, que es el de su curación.
Ayer celebramos el cumpleaños de uno de mis nietos. Quique. Cumplió dos años. Este niño tan solo ha visto a sus semejantes con mascarillas. Nació en los días en que nos llegaron las primeras noticias de la aparición de una “especie rara de gripe” en la lejana China. No nos podíamos esperar lo que se nos estaba viniendo encima.
Apenas pasan unas horas de la noche mágica de Reyes te vuelves a enfrentar a la cruda realidad. Es como salir de un sueño fantástico en el que todo eran risas y una reedición de esa infancia despreocupada que todos añoramos. Hemos despertado esta mañana encontrándonos con la misma retahíla de recomendaciones contradictorias para no caer victimas del maldito virus.
Tener fe, esperanza, no es un aptitud acomodaticia, es un acto de confianza en uno mismo, que todo futuro irá siendo mejor, siempre y cuando se tenga la benevolencia "Ama a tu prójimo como a ti mismo". En esas palabras divinas está consagrada una notable realidad que, por antonomasia deberíamos ser cada día mejores. Caso en contrario, el odio, envidia y etcéteras, avanzarían aún más.
Recordando años atrás, siempre se ha celebrado la Navidad. En esos tiempo, no estaba tan marcada la envidia, egoísmo hipocresía, revanchismo. El mensaje que esta nueva Navidad nos trae, es que, ya dejemos atrás las guerras el odio, revanchismos, los conflictos, y que el entendimiento entre por el dialogo, como una alternativa para resolver los conflictos, de lo contrario, no son los gobiernos quienes sufren es el pueblo.
Multiplicamos los deseos, pero nos falta el ejercicio de la voluntad. Reproducimos nuestros afanes y desvelos, pero tampoco activamos el espíritu creativo. Andamos necesitados de sosiego y apenas buscamos tiempo para alimentar de poemas el alma, que es lo que en verdad nos tranquiliza el corazón, llenándonos de paz interior. Deberíamos despojarnos, por tanto, de este corrupto ambiente, que nos ha hecho perder hasta nuestra propia conciencia.
Quizás nos convendría volver la vista a esos ojos de niño que todos llevamos dentro, cuando menos para propiciar ese cambio que hoy el mundo tanto necesita; máxime en una época hundida en la incertidumbre y en la desesperación. No trunquemos el iris de la ilusión. Hay que buscar tiempo para vivir y dialogar en familia.
La fe confortable y descomprometida es una mentira que choca frontalmente con los totalitarismos que se van imponiendo. El mundo que nos ha tocado vivir solo admite una única forma de pensar y está dispuesto a expulsar de la vida pública a quienes la cuestionen ya sea porque duden de la obligación de vacunarse contra al Covid, del calentamiento global, o de tener que convertirse en vegano.
El hombre camina siempre con el interrogante responsable de su propio misterio. La participación como miembro libre en la aventura, “¿programada?”, del gran misterio que es la “universalidad de la vida”; comienza con la captación de los primeros signos diferenciales a partir del nacimiento: el gusto, el tacto, bienestar y rechazo.
No es un secreto para nadie que en el mundo existen zonas que se encuentran en permanente estado de conflicto, ya sea político, ideológico, económico o con el objetivo de acaparar poder. Territorios que acaban castigando a aquellos que jamás intervinieron.
El amor impersonal suele ser un amor elevado en el que no es necesario buscar excusas para querer y amar, pues ambas partes son una misma unidad dentro de un mismo espíritu. Un amor que va más allá de la posesión y, aunque no se reconozcan en un primer momento, se comportan en la misma onda y al unísono, en ocasiones hasta de caracteres parecidos y no se es consciente de ello.
Proteger vidas y medios de vida es algo que debería tener presencia real en las agendas de todos los líderes del mundo, para poder cerrar el cúmulo de brechas que nos invaden y las injusticias que nos acorralan. Por desgracia, la incoherencia nos domina y nos sorprende en cualquier esquina. Por una parte, proclamamos solemnemente los derechos inviolables de la persona y resulta que no pasan del papel a los hechos.
Esta noche estoy en vilo de mi ser.
Todos esos años, que fueron muchos, los vistieron de SENTIMIENTO DISFRAZADO DE RELIGIOSA HUMILDAD, DE PACIENTE SUFRIMIENTO Y DE ESPERANZA FINAL… Directores de orquesta, al uso, compusieron toda una obra rítmica, llena de aparente profunda y sumisa religiosidad.
El mejor viaje es hacia uno mismo, que es donde verdaderamente se pueden romper barreras, superar fronteras, intimar cambios, compartir y despertar sentimientos, construir horizontes de esperanza. Nunca es tarde para ponernos en marcha con nuevas ilusiones. Nos hace falta propiciar la gran revolución de la ternura, al menos para sentirnos, tras el reposo de la pasión, vinculados a la gran familia humana. Pensábamos que el dinero abría todas las puertas, estimándolo más de lo que realmente vale, porque aniquila más espíritus que, el propio hierro, cuerpos. Demasiadas servidumbres para multitud de catástrofes. Olvidamos que somos vida que da vida, lo máximo, lo importante ahora es no destruirse.
Lentamente, amanece cada día.
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