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¿Tendrá este mundo arreglo o habrá que esperar al juicio final? ¿De qué escribir sino de Afganistán? Los sucesos del aeropuerto de Kabul, repetidos en todas las cadenas de televisión a todas horas han venido a sumarse a nuestra pandemia, la situación económica, la escasa actuación de nuestros gobernantes, la excesiva respuesta de Estados Unidos y la más que discreta de la Unión Europea.
¡No permitáis la destrucción del humilde, del sin voz, del desubicado! ¡Que los políticos y gobernantes cubran sus cuerpos con la sangre injusta y reflexionen!
Lo esencial es aminorar los frentes y abrir las fronteras. Ahí radica la clave ante cualquier desconcierto humano. Se me ocurre pensar en esos países que están fuera de control, donde a diario se producen violaciones de los derechos humanos, para que ellos no decaigan en sus gritos de libertad y nosotros también prestemos la debida escucha.
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