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Una investigación de hace un par de años calculó que de 1960 a 2018 los países del Norte se han apropiado de 62 billones de dólares procedentes de Africa, lo que hubiera representado 152 billones si se hubieran quedado allí y hubieran ayudado al crecimiento económico del continente. Es una cantidad 15 veces superior a lo que se necesitaría para acabar con la pobreza en toda Africa.
Los datos del último informe de Intermon Oxfam, “La ley del más rico”, nos revelan que el 1% más rico de la humanidad se apropió de dos tercios de la nueva riqueza producida desde 2020. Lo que significa que por cada dólar que recibía una persona del 90% más pobre de la humanidad, uno de los representantes de esa extremadamente minoritaria pero extraordinariamente poderosa élite del capitalismo global se embolsaba 1,7 millones de dólares.
Las grandes empresas tributaron solo un 4,5% de su beneficio, los bancos un 2,9% y las multinacionales no llegan al 2%. Las (pymes) pagaron tres veces más que las grandes -un 16% de sus ganancias- en el impuesto de sociedades. Menos de un 5% en impuestos, esto es lo que realmente pagan -de acuerdo a sus beneficios- las 232 compañías -nacionales y filiales de grupos extranjeros- que en España tienen una facturación superior a los 1.000 millones de euros.
Multinacionales del gran consumo, entre ellas Unilever, Procter & Gamble (P&G), Nestlé, Danone, Heineken, Coca-Cola, Pepsico y Primark, y empresas nacionales del sector como Inditex o Deoleo han llevado a cabo ya subidas generalizadas de precios o advierten de que lo harán próximamente en un contexto marcado por las tensiones inflacionistas, con alzas del coste de las materias primas, entre ellas la energía, disparadas a raíz de la guerra de Ucrania.
En el pasado marzo, diferentes asociaciones, entre ellas: Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Food & Water Action Europe, Justicia Alimentaria y el Observatorio de la Deuda en la Globalización solicitaron al ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico que no incluyera la industria cárnica en los receptores de los 10.000 millones de euros de los fondos europeos de recuperación.
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