Una investigación de hace un par de años calculó que de 1960 a 2018 los países del Norte se han apropiado de 62 billones de dólares procedentes de Africa, lo que hubiera representado 152 billones si se hubieran quedado allí y hubieran ayudado al crecimiento económico del continente. Es una cantidad 15 veces superior a lo que se necesitaría para acabar con la pobreza en toda Africa.
Hoy día disponemos de métodos para calcular el coste que tuvo el colonialismo y el drenaje actual de recursos de los países pobres a los ricos como consecuencia de la desiguales e injustas estructuras y normas del comercio y las finanzas internacionales (10 billones de dólares anuales desde 1990 a 2015 según otro estudio). Sabemos, por ejemplo, que sólo los países del G7 deben 13,3 billones de dólares a los países del Sur por ayuda impagada y financiación para acción climática; sabemos que en los últimos 10 años un billón de dólares de Africa se han perdido en paraísos fiscales; sabemos que las empresas multinacionales extraen de ese continente más 200.000 millones de euros anuales en flujos financieros ilícitos y que Africa podría obtener 89.000 millones de ingresos anuales si esos flujos se detuviesen, según la UNCTAD.
¿No es cierto que las naciones africanas empobrecidas no tendrían que generar tanta migración si no hubieran sido y siguieran siendo saqueadas en semejante magnitud?
Mi propuesta es fácil de entender: evaluar el dinero que los países ricos y las grandes multinacionales han obtenido ilegítimamente de Africa y de otros países de dónde surgen oleadas migratorias y que se les obligue a devolver una parte siquiera sea minúscula de esa apropiación. Y, además de eso, que se impida seguir robando su riqueza y destrozando sus sociedades a base de explotación, corrupción y miseria y de injustas normas comerciales y financieras internacionales. Es posible que esto no resuelva todo el problema, pero ¿no creen que en gran medida lo iría paliando en muy poco tiempo?
Sí. Ya sé perfectamente lo que me van a decir muchas de las personas que lean esto: en nuestro planeta es utópico pedir que se deje de robar o que los inmensamente ricos y poderosos devuelvan algo de lo que han acumulado a costa de los demás y, la mayoría de las veces, robando o por medios ilegítimos. Pero, si es así, ¿no resulta que el problema no son las migraciones sin control, sino el descontrolado afán de lucro y la avaricia de unos pocos? ¿Con qué hay que acabar, entonces, a qué hay que poner freno?
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