Las grandes empresas tributaron solo un 4,5% de su beneficio, los bancos un 2,9% y las multinacionales no llegan al 2%. Las pequeñas y medianas empresas (pymes) pagaron tres veces más que las grandes -un 16% de sus ganancias- en el impuesto de sociedades. Menos de un 5% en impuestos, esto es lo que realmente pagan -de acuerdo a sus beneficios- las 232 compañías -nacionales y filiales de grupos extranjeros- que en España tienen una facturación superior a los 1.000 millones de euros. Los datos del Impuesto de Sociedades sobre las mayores empresas de la Agencia Tributaria son demoledores, solo tuvieron que abonar al Estado un 4,57% de media sobre sus beneficios en 2019, y apenas el 5% en 2020.
59 millones cada día
Los seis grandes de la banca están ganando 59 millones de euros al día. El Santander encabeza este ranking de beneficios; batiendo todas las previsiones ha obtenido de enero a septiembre unas ganancias netas de 7.316 millones de euros, un 25% más que en el mismo periodo del año pasado; y cabalgando sobre la subida de las hipotecas, los intereses de los préstamos y el sablazo de las comisiones.
El BBVA con beneficio neto en el tercer trimestre de 4.842 millones de euros, un 46,2% más. CaixaBank con un beneficio neto de 2.457 millones de euros, un 21% más. Con estos resultados y gracias a la subida de los tipos de interés del BCE y al aumento de las comisiones que cobran a sus clientes, la gran banca proyecta superar con creces el récord de 20.000 millones de euros que tuvieron en 2021. La subida de tipos ha disparado del 0,6% hasta el 17% el margen de ingresos por intereses; y las comisiones se han duplicado.
Las multinacionales baten récords
Es aún más escandaloso si estudiamos a las veinte mayores multinacionales que operan en nuestro país: resulta que pagan de impuestos en España solo el 1,9% de su beneficio global. Este selecto grupo solo aportaron en impuestos 336 millones de sus ganancias de 17.833 millones de euros. Las multinacionales argumentan que como sus inversiones son globales ya pagan en otros países; pero la realidad es que domicilian gran parte de su negocio en países con impuestos muy bajos o en paraísos fiscales.
Y cuanto más grande es su negocio y más ganan menos pagan. Las cifras de Hacienda dan una radiografía del nivel de concentración de la riqueza generada en nuestro país: la mitad de todo el volumen de negocio de las multinacionales que operan en España está concentrado en solo 77 compañías que acaparan más de la mitad (53,4%) de todo el beneficio, pero solo aportan el 26,5% de la recaudación que estas grandes corporaciones abonan por Impuesto de Sociedades.
De entre estos gigantes las constructoras baten todas las plusmarcas: Son las que aportan al tipo efectivo más bajo del impuesto de sociedades: un 0,41% sobre sus beneficios. Y si estudiamos la evolución de estos últimos quince años, las sociedades que facturan más de mil millones han elevado su beneficio conjunto un 16%, mientras que lo que han pagado en impuestos ha disminuido un 3%. En el otro extremo, las pymes que facturan entre 100.000 euros y 3 millones pagaron entre un 15% y 16% de sus beneficios.
Pero entonces ¿quién paga los impuestos?
Los autónomos entregaron de media a Hacienda el 13,2% de sus beneficios. Y según el sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha), las pymes abonan realmente entorno a un 15% de sus beneficios. Casi tres veces más que los grandes grupos empresariales, siete veces más que las multinacionales. El descuento en la nómina de los asalariados (IRPF) es la principal fuente de recaudación de impuestos. Y el gravamen sobre el consumo de las familias (IVA) es la segunda fuente de recaudación del Estado. En el IVA, el tipo medio de lo aplicado a las compras es del 15,3%, que al gravar directamente el gasto perjudica especialmente a los niveles más bajos de renta. Y mientras la recaudación de los impuestos a las grandes empresas baja, la del IRPF y el IVA sube.
La recaudación por Impuesto sobre Sociedades se redujo un 40% en quince años, y un 61% si miramos dos décadas. Por contra lo recaudado por IRPF e IVA creció un 30,27% y un 29,79% respectivamente. Se incrementa la presión fiscal sobre las rentas del trabajo y sobre el consumo, y se reduce sobre los grandes beneficios empresariales. Es decir, que lo que dejan de pagar las grandes empresas por sus beneficios ha recaído sobre las economías familiares.
Bancos y energéticas, los grandes ganadores de la crisis
Ni bancos, ni eléctricas ni petroleras habían ganado tanto dinero en décadas como ahora, en medio de una crisis agravada por la guerra. La presentación de resultados del tercer trimestre está descubriendo una lluvia de millones de beneficios. Y deja dos grandes ganadores de esta crisis: la banca y las energéticas. Los resultados de la gran banca son de récord histórico. Las seis entidades financieras cotizadas en el Ibex-35 aumentaron el beneficio de su negocio en España en un 31% respecto al año anterior. Han obtenido 16.014 millones de beneficio neto, de los cuales el 76% se lo reparten Santander y el BBVA.
El año de la guerra es el año de las eléctricas y las petroleras. Encabezadas por Iberdola y Repsol, eléctricas, gasistas y petroleras no solo anuncian una lluvia de millones en sus cuentas de beneficios, sino también unos dividendos sin precedentes a repartir sobre todo entre las principales familias oligárquicas del país y del capital extranjero. La base de sus históricos beneficios son las subidas de los precios de la energía, la luz, el gas y el petróleo que sangran los bolsillos y los ahorros de la inmensa mayoría, en los primeros nueve meses del año y siete de guerra.
Iberdrola ha aumentado su beneficio neto hasta 3.104 millones de euros, un 29% más. Repsol ha ganado en nueve meses 3.222 millones de euros, el 66% más. Naturgy, la antigua Gas Natural, obtuvo en el primer semestre un beneficio neto de 717 millones de euros, un 15% más gracias al negocio del gas natural licuado (GNL). Cepsa, en los primeros seis meses del año, aumentó su beneficio hasta los 841 millones de euros, un 149% más. Endesa obtiene 1.459 millones de euros de ganancias.
Habrá que redistribuir la riqueza
Estos demoledores datos exigen una verdadera reforma fiscal progresiva para que -al revés de lo que ocurre ahora- sean quienes más ganan quienes de verdad más paguen. Habrá que redistribuir la riqueza -que se acumula a costa de empobrecer a los demás- y tendremos que unirnos -todos los demás- para conseguir que se redistribuya la riqueza.
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