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Tengo debilidad por esa gente joven que se estimula con la esperanza, que trabaja sus propias habilidades para ponerlas al servicio de la sociedad, con el sueño de construir un mundo próspero y sostenible para todos. Por eso, hay que escucharlos. Esperan respuestas que no sean superficiales, replicas que les hagan reflexionar.
La indiferencia, como sentimiento de imposibilidad, rodea el ambiente de la calle. Cuando nace un monstruo autócrata lo primero que no consiente es ver a sus allegados con las necesidades de cualquiera de los mortales; por eso impone el nepotismo, hipócritamente conocido como adecuación necesaria para una convivencia justa y equilibrada.
Como decía la zarzuela: “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Lo que sabíamos ayer es totalmente obsoleto hoy. Las actuales generaciones están más preparadas de lo que los mayores podemos pensar. He descubierto que, hoy en día, los niños ayudan a hacer los deberes a los abuelos.
Con motivo del Día Internacional de la Mujer y Niña en Ciencia, la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (ASEICA) organiza la tercera edición de la actividad ‘CONÓCELAS’. El objetivo es conseguir que alumnas y los alumnos por toda la geografía española descubran cómo y quiénes son las nuevas generaciones de investigadoras en el campo de la oncología molecular.
Las nuevas generaciones son tan felices -o más- de lo que fue la nuestra. Quizás tienen más cosas, pero menos inventiva; más posibilidades, pero menos estímulos. ¿Qué digo?... tonterías, cosas de la senectud. Posiblemente nuestros mayores, cuando tenían nuestra edad, pensaron lo mismo que nosotros.
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