Como decía la zarzuela: “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Lo que sabíamos ayer es totalmente obsoleto hoy. Las actuales generaciones están más preparadas de lo que los mayores podemos pensar. He descubierto que, hoy en día, los niños ayudan a hacer los deberes a los abuelos. Como siempre, tiraré de una de mis vivencias. Necesito confeccionar un póster para un trabajo de historia antigua. Muy ufano yo, tiro de ordenador y me pongo a la tarea. Inmediatamente surge el primer dilema: ¿qué sistema elijo? Se abre todo un horizonte: powerpoint, Canva, etc. Un universo de sistemas que se escapan a mis pobres conocimientos. Recurro a mi hija, maestra en activo, y me da varios consejos. El más importante: “Será mejor que te asesore tu nieta de 12 años, que domina más el tema”. Una vez recorridas dos generaciones familiares, me encuentro con una niña con un dominio de la técnica que me apabulla. Hacemos el trabajo en un santiamén. ¿Dónde está la buena noticia? La buena noticia se basa en que las nuevas (las últimas) generaciones han aprendido a manejar los ordenadores antes de hablar. Tengo nietos con un año, que manejan con soltura el teléfono móvil. Cuando nosotros llevábamos pizarra, pizarrín, lápiz, lápiz tinta, plumilla de la Corona, bolígrafo Bic o gomas Milán al colegio, ellos llevan un “ordenata” que sustituye todo lo anterior y les da las tareas casi hechas. Es una buena noticia que mi nieta Alejandra (12 años, sexto de primaria), se ponga a ayudarme a hacer los deberes pacientemente. Nos van a poner una buena nota. Definitivamente se han cambiado las tornas. (Se me olvidaba, parece que ahora es preceptivo hacer una declaración de principios. Por si acaso. Estoy enamorado de mi mujer desde hace 57 años. ¡Ojo! Que dimito).
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