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Envejecer es, sin duda, un verdadero triunfo, puesto que no todos llegan a edades avanzadas y quienes lo hacen, llevan consigo una riqueza de conocimientos y experiencias acumuladas a lo largo de toda su vida. Sin embargo, en la sociedad actual, a menudo los jóvenes tienden a subestimar y en algunos casos, despreciar a los mayores simplemente por su edad.
Desde que tengo uso de razón he procurado leerme cuantos textos han estado a mi alcance. Consecuentemente esta afición ha ido derivando hacia la plasmación de mis propios pensamientos en unos textos más o menos acertados. Aún recuerdo aquél momento en el que una profesora de periodismo, Bella Palomo, nos recomendó que comenzáramos a escribir inmediatamente.
No se trata de una mujer cualquiera. Me estoy refiriendo a una señora que tiene diez años más que yo y que nos da sopas con honda con su rapidez mental y en su manera de ser. Su curriculum es determinante. Licenciada en Filosofía y Letras, profesora de instituto, actriz de primera fila. Cine, teatro y televisión la han mantenido durante años en el cenit de las artes escénicas. Pero sobre todo, lo que me admira y me invita a reconocerla en esta semblanza, es su saber estar.
La gestión de la economía doméstica se ha convertido en un reto durante los últimos años. A pesar de que la inflación se ha relajado en 2024, cayendo al 1,8% el pasado septiembre en toda la Eurozona, según Eurostat, la subida al 2% del IVA a los alimentos básicos de la cesta de la compra, como el pan, el aceite o la leche, después de meses al 0%, incide directamente en la gestión del día a día.
En otros tiempos cuando realizabas una visita a los galenos te planteaban a lo largo de la misma una serie de preguntas en las que intentaban conocerte mejor o indagar sobre tus síntomas o dolencias. Todo en medio de una conversación amable en la que paulatinamente ibas sacando a flote tus pensamientos, tus ideas o tus alifafes, dolamas o padecimientos.
Cuidarse y cuidarnos mutuamente es el primer deber de todo ser humano. Otra de las tareas es ser agradecidos; y, en este sentido, también debemos apoyar a quienes cuidan a los más débiles, a los enfermos y a los longevos. Por desgracia, nos asiste la inmoral costumbre de pasar de nuestros mayores, de todo aquello que los sistemas de producción excluyen, llegando a abandonar hasta nuestras propias raíces.
La vida es una acumulación de años que se van sucediendo uno tras otro y en ese espacio de tiempo experimentaremos una gran diversidad de situaciones que nos valdrán para ir madurando y aprendiendo, muchas de las veces sin querer, pero será más tarde cuando nos podamos dar cuenta de ello.
Las residencias son -nos guste más o menos- las últimas viviendas de muchos de nuestros mayores. Igual que los fondos buitre dominan la propiedad y el alquiler de las viviendas -y de las habitaciones de las viviendas-, también dominan el negocio de las residencias privadas. ¿Cómo es posible que las residencias privadas estén en manos de fondos buitres?
En la mayoría de las residencias de personas mayores, apenas desayunan y las comidas son a horas muy tempranas. En algunas, que son privadas y concertadas, dan de comer adecuadamente, pero son una minoría. Otra cuestión que se debería resolver es la falta de suficiente personal, para atender a todos los mayores. Además, las personas dependientes, con deterioro cognitivo y otras dolencias o enfermedades deben legalmente de disponer, de una atención realmente personalizada.
Desde nuestro nacimiento, somos caldo de cultivo de toda clase de padecimientos y enfermedades. Primero bastante suaves, pero a lo largo de los años, estos síntomas se van identificando y marcando el devenir de muestras vidas. Gracias a Dios la medicina preventiva y terapéutica consigue retrasar y paliar el posible deterioro de las personas y, sobre todo, ayuda a sobrellevar los procesos degenerativos del ser humano.
El 50% de las empresas en España ofrece productos o servicios dirigidos a los mayores de 55 años, lo que supone un incremento de 4 puntos porcentuales respecto a 2023. Este grupo poblacional, que representa actualmente el 33% de la población total y el 60% del gasto español, se ha convertido en un público clave para muchas compañías en forma de bienes, servicios, tarifas y descuentos diferenciales para el mercado sénior o a través de canales de comunicación específicos.
Aprender cómo avanza la tecnología y aprovechar las oportunidades que ofrece el actual entorno digital son los objetivos de 'Reconectados. La tecnología no tiene edad', el programa integral y gratuito de Fundación Telefónica que, tras un año desde su lanzamiento, se ha afianzado como un impulso real para la digitalización de las personas mayores.
Hoy en día hablar de las personas mayores es situarnos en una realidad objetiva. Están llamadas a vivir desde ya en plenitud, pero han entrado en la jubilación y tienen menos ocupaciones, se sienten encerradas en sus pequeños mundos personales.
Ayer tuve la oportunidad de conversar con un hombre de ciento cuatro años.Lo conocí a través de las curiosas circunstancias que se rodearon para permitirme gozar de ese par de horas en las que pude disfrutar de su compañía. La cosa surgió de improviso. Estaba en el hogar de mayores del Rincón junto a mi amigo “pies de plata”, buscando una pareja que se quisiera enfrentar a nosotros en una de nuestras “exhibiciones” con el dominó.
La inclusión digital continúa siendo uno de los grandes problemas al que el público sénior se sigue enfrentando cada día. En este sentido, existen iniciativas y actividades que favorecen la relación entre la tecnología y los mayores, un aspecto que ofrece grandes beneficios, entre los que destacan un aumento en la autonomía, en la seguridad o en el sentimiento de compañía.
España es y debe ser un país de acogida, pero de forma controlada y eficaz para poder ofrecer la tutela correspondiente, ya sea en familias de acogida o bien por las instituciones gubernamentales destinadas a tales fines. Mi pregunta es: ¿tenemos suficientes recursos destinados para ello? Porque dinero hay de sobra a razón de lo que se nos cuenta.
Durante gran parte de mi vida me ha costado mucho trabajo aceptar mis errores. Se supone que es por un prurito de egolatría, o por la tendencia natural que tenemos los seres humanos de “mantenella” en vez de “enmedalla”. Gracias a Dios uno va madurando. “A la vejez viruelas”. Y cada vez me cuesta menos trabajo comprender que uno es una máquina de cometer despistes.
Desde tiempos remotos, las personas de mucha edad han sido líderes durante años en distintas disciplinas, tanto en el ámbito familiar, religioso, como social y político. Históricamente, los mayores utilizaban toda su sabiduría y experiencia para indicar a los miembros de la tribu menos experimentados el camino a seguir y, en nuestros días, siguen quedando resquicios de ejemplos donde las personas de mayor edad continúan marcando esos caminos.
Hace más de 12 años que fui invitado por un periódico digital a redactar una columna semanal sobre el segmento de plata. A lo largo de ese tiempo he redactado unas seiscientas maneras de hacer más presente y operante al “segmento de plata”. Una especie de rincón de los “jubiletas” en el que se le sigue sacando jugo a unas vidas que se encuentran en su tercera etapa.
Las dificultades nos acorralan, hasta el extremo que toda la humanidad está siendo puesta a prueba, con un aluvión de amenazas y dejadeces que nos suelen sacrificar con la más tremenda de las desolaciones, afectando de manera desproporcionada a los ascendientes, exacerbando así su vulnerabilidad.
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