Se indica que una de cada cinco personas en España tiene más de 65 años, y el ochenta por ciento son abuelos o abuelas. Según el oráculo de Delphos de Internet.
Quería hoy hablar, que nos fijásemos en un detalle, al menos hace unos años, a personas de la tercera edad, personas jubiladas, personas que antiguamente se denominaban viejos, o, abuelos por la vejez –tuviesen nietos o no-. Era un lenguaje normal y de la calle. Pero existían dos modalidades: unas, que les daban lo mismo que a cierta edad les llamasen abuelo, aunque no tuviese nieto, evidentemente por personas fuera de su entorno. Y, otras las que se ofendían…
¿Por qué se ofendían algunas personas, siguen haciéndolo todavía, si se les denomina abuelo o abuela…? Una, es obvia, porque pueden indicar, que no tienen hijos o no tienen nietos. Por lo cual, no pueden ser abuelos. Segundo, porque no se consideran tan viejos o tan ancianos. Es más, ha existido una oleada, que a cierta edad, debido quizás, a divorcios o separaciones o enviudamientos, una importante cantidad de personas dentro de ese grupo, parecía que se remozaban, se visten/vestían de forma más juvenil, se peinaban de otra manera, cambiaban el lenguaje de forma moderada, y, parecía que se “ponían otra vez en el mercado de los afectos”. Ciertamente si eran conocidos, más o menos, te los encontrabas por la calle, y, percibías que habían cambiado, habían modificado, habían reducido aparentemente sus años, en diez o en una década o una docena…
Muchas personas no quieren ser o pasar a la Tercera Edad, por muchos motivos y por muchas razones, temen la soledad, temen los que les venga en la vida, temen los dolores, porque a cierta edad, ya empieza ese microseísmo de dolores, que van modificándose y cambiando de un lugar a otro, temer problemas económicos, la situación de los hijos o nietos que no puede ser la ideal, los dolores de que ya sabes que estás en el trayecto final, te pueden quedar unos meses o cinco años o treinta, pero ya estás en la pendiente final, incluso temes, que exista Dios o temes que no exista Dios, temes que hayas fracasado en la vida, en tal cuestión o en tal otro, temes y re-temes unas cosas y otras…
Hay personas también, que sabiendo su realidad concreta, que ya están en esa tercera etapa de la vida, que se juntan la edad, con la suerte que disponemos de una paga de jubilación que nos ofrece la sociedad y el Estado, sea mayor o menor, que dispones de más tiempo libre, y, también de mas dolores y algunas penas, que también hay que indicarlo, sin quererlo, al disponer de más tiempo, surgen del fondo del alma y de la carne y del corazón, recuerdos que creían tenían olvidados. Pero es como esos movimientos tectónicos que surgen sin aviso previo. Algunos recuerdos de hechos o de ideas o de actos o de palabras, algunos son buenos y sonrientes, otros son menos. Unos, vienen de aquellas ideas que tenían cuándo jóvenes, ideales, de mediana edad, de la madurez… La vida es re-vida. No sabemos muy bien lo que es real, lo que es recuerdo de lo real, lo que es real del recuerdo.
Ya que somos uno de cada cinco de la población en nuestro terruño, creo yo que debemos ser leales y fieles al resto. Tenemos que ser prudentes en los deseos y prudentes en las expresiones y prudentes en las esperas y prudentes en las peticiones. No debemos ser una carga para el resto de la población, porque como es obvio y evidente aumenta nuestros gastos en los sistemas de seguridad social, en todos los ámbitos. Debemos ser y estar agradecidos con la sociedad y el Estado. Casi todas las personas mayores, para que nadie se ofenda, recibe prestaciones sociales, en muchos modos y maneras, sanitarias, jubilaciones, ya sean mayores o menores, vivimos en una sociedad que todavía se puede caminar por la calle con seguridad suficiente, y, mil otras cosas. Cosas a las que aspiraron las revoluciones hace dos siglos y hace un siglo, habrían soñado y hoy se han cumplido y hoy sentirían que esto es casi el paraíso en la tierra...
Y, detecto, en demasiadas personas, que hay demasiado resquemor, demasiada crítica. No creo que todo sea bueno, todo puede perfeccionarse, pero existe mucho bueno. Reiteramos la idea, su bisabuelo si hubiese vivido como usted, ya abuelo, como la medida de la población de ahora, habría pensado que esto sería y es, el paraíso en la tierra, o al menos medio paraíso en la tierra. Y, te encuentras demasiadas personas que están siempre enfadadas, enojadas, violentadas desde dentro, con resquemor, incluso con ira. Hemos perdido la paz interior e interna –antes había más paz interna, más sosiego, incluso teniendo menos cosas buenas-, mucha parte de la población ha perdido la paz interior, sin negar que existen muchas realidades mejorables, por eso escribimos artículos para mejorar de forma sosegada y racional, lo posible mejorable.
¡Los abuelos unidos jamás serán vencidos…!
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