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Cuidarse y cuidarnos mutuamente es el primer deber de todo ser humano. Otra de las tareas es ser agradecidos; y, en este sentido, también debemos apoyar a quienes cuidan a los más débiles, a los enfermos y a los longevos. Por desgracia, nos asiste la inmoral costumbre de pasar de nuestros mayores, de todo aquello que los sistemas de producción excluyen, llegando a abandonar hasta nuestras propias raíces.
La vida es una acumulación de años que se van sucediendo uno tras otro y en ese espacio de tiempo experimentaremos una gran diversidad de situaciones que nos valdrán para ir madurando y aprendiendo, muchas de las veces sin querer, pero será más tarde cuando nos podamos dar cuenta de ello.
Las residencias son -nos guste más o menos- las últimas viviendas de muchos de nuestros mayores. Igual que los fondos buitre dominan la propiedad y el alquiler de las viviendas -y de las habitaciones de las viviendas-, también dominan el negocio de las residencias privadas. ¿Cómo es posible que las residencias privadas estén en manos de fondos buitres?
En la mayoría de las residencias de personas mayores, apenas desayunan y las comidas son a horas muy tempranas. En algunas, que son privadas y concertadas, dan de comer adecuadamente, pero son una minoría. Otra cuestión que se debería resolver es la falta de suficiente personal, para atender a todos los mayores. Además, las personas dependientes, con deterioro cognitivo y otras dolencias o enfermedades deben legalmente de disponer, de una atención realmente personalizada.
Desde nuestro nacimiento, somos caldo de cultivo de toda clase de padecimientos y enfermedades. Primero bastante suaves, pero a lo largo de los años, estos síntomas se van identificando y marcando el devenir de muestras vidas. Gracias a Dios la medicina preventiva y terapéutica consigue retrasar y paliar el posible deterioro de las personas y, sobre todo, ayuda a sobrellevar los procesos degenerativos del ser humano.
El 50% de las empresas en España ofrece productos o servicios dirigidos a los mayores de 55 años, lo que supone un incremento de 4 puntos porcentuales respecto a 2023. Este grupo poblacional, que representa actualmente el 33% de la población total y el 60% del gasto español, se ha convertido en un público clave para muchas compañías en forma de bienes, servicios, tarifas y descuentos diferenciales para el mercado sénior o a través de canales de comunicación específicos.
Aprender cómo avanza la tecnología y aprovechar las oportunidades que ofrece el actual entorno digital son los objetivos de 'Reconectados. La tecnología no tiene edad', el programa integral y gratuito de Fundación Telefónica que, tras un año desde su lanzamiento, se ha afianzado como un impulso real para la digitalización de las personas mayores.
Hoy en día hablar de las personas mayores es situarnos en una realidad objetiva. Están llamadas a vivir desde ya en plenitud, pero han entrado en la jubilación y tienen menos ocupaciones, se sienten encerradas en sus pequeños mundos personales.
Ayer tuve la oportunidad de conversar con un hombre de ciento cuatro años.Lo conocí a través de las curiosas circunstancias que se rodearon para permitirme gozar de ese par de horas en las que pude disfrutar de su compañía. La cosa surgió de improviso. Estaba en el hogar de mayores del Rincón junto a mi amigo “pies de plata”, buscando una pareja que se quisiera enfrentar a nosotros en una de nuestras “exhibiciones” con el dominó.
La inclusión digital continúa siendo uno de los grandes problemas al que el público sénior se sigue enfrentando cada día. En este sentido, existen iniciativas y actividades que favorecen la relación entre la tecnología y los mayores, un aspecto que ofrece grandes beneficios, entre los que destacan un aumento en la autonomía, en la seguridad o en el sentimiento de compañía.
España es y debe ser un país de acogida, pero de forma controlada y eficaz para poder ofrecer la tutela correspondiente, ya sea en familias de acogida o bien por las instituciones gubernamentales destinadas a tales fines. Mi pregunta es: ¿tenemos suficientes recursos destinados para ello? Porque dinero hay de sobra a razón de lo que se nos cuenta.
Durante gran parte de mi vida me ha costado mucho trabajo aceptar mis errores. Se supone que es por un prurito de egolatría, o por la tendencia natural que tenemos los seres humanos de “mantenella” en vez de “enmedalla”. Gracias a Dios uno va madurando. “A la vejez viruelas”. Y cada vez me cuesta menos trabajo comprender que uno es una máquina de cometer despistes.
Desde tiempos remotos, las personas de mucha edad han sido líderes durante años en distintas disciplinas, tanto en el ámbito familiar, religioso, como social y político. Históricamente, los mayores utilizaban toda su sabiduría y experiencia para indicar a los miembros de la tribu menos experimentados el camino a seguir y, en nuestros días, siguen quedando resquicios de ejemplos donde las personas de mayor edad continúan marcando esos caminos.
Hace más de 12 años que fui invitado por un periódico digital a redactar una columna semanal sobre el segmento de plata. A lo largo de ese tiempo he redactado unas seiscientas maneras de hacer más presente y operante al “segmento de plata”. Una especie de rincón de los “jubiletas” en el que se le sigue sacando jugo a unas vidas que se encuentran en su tercera etapa.
Las dificultades nos acorralan, hasta el extremo que toda la humanidad está siendo puesta a prueba, con un aluvión de amenazas y dejadeces que nos suelen sacrificar con la más tremenda de las desolaciones, afectando de manera desproporcionada a los ascendientes, exacerbando así su vulnerabilidad.
Nos hemos acostumbrado a hablar del “emérito” de una forma peyorativa y, casi siempre, con una malévola segunda intención. En mi “segmento de plata" de hoy voy a romper una lanza en favor del verdadero sentido de dicho término y la excelente conexión con nuestra labor como jubilados “en servicio”.
En la actualidad todas las personas mayores de 52 años tienen derecho a percibir un subsidio de desempleo en el caso de haber agotado la prestación, lo que les permite seguir cotizando a la Seguridad Social y, por tanto, acumularla para su futura pensión de jubilación. Ahora la cuantía es de 480 euros mensuales y puede percibirse hasta el momento de alcanzar la edad legal de jubilación.
Como decía la zarzuela: “Hoy las ciencias adelantan que es una barbaridad”. Lo que sabíamos ayer es totalmente obsoleto hoy. Las actuales generaciones están más preparadas de lo que los mayores podemos pensar. He descubierto que, hoy en día, los niños ayudan a hacer los deberes a los abuelos.
Aquellos que podemos hablar con soltura del mundo de mediados del siglo XX, nos encontramos a menudo con “amigos” que te dicen sin recato: ¡Qué bien te encuentras! Tate; estás hecho una birria y eres otra de las victimas del edadismo. Ese tipo de persecución que sufrimos los que no jugamos al tenis a diario y que repetimos un par de veces las mismas cosas.
La Plataforma de Mayores y Pensionistas (PMP) y Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) han mantenido un primer encuentro con el objetivo de establecer las líneas de colaboración y los mecanismos necesarios para que los derechos de las personas mayores y con discapacidad mayores estén presentes en el marco de las políticas municipales.
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