Desde nuestro nacimiento, somos caldo de cultivo de toda clase de padecimientos y enfermedades. Primero bastante suaves, pero a lo largo de los años, estos síntomas se van identificando y marcando el devenir de muestras vidas. Gracias a Dios la medicina preventiva y terapéutica consigue retrasar y paliar el posible deterioro de las personas y, sobre todo, ayuda a sobrellevar los procesos degenerativos del ser humano. Ahora, que ando metido en el mundo de la historia, tengo acceso a datos y estadísticas que confirman los avances de la humanidad en este aspecto. Cuando descubres que la esperanza de vida se cifraba en los 30 años durante siglos, 50 a 65 años a principios del siglo XX, en los países desarrollados y, actualmente, alrededor de los 80 años, no tienes más remedio que felicitarte por vivir en esta época. Estas circunstancias actuales se basan especialmente en la medicina preventiva. Nos someten a un paso por la “ITV” médica, previenen enfermedades a base de vacunas y controlan nuestras constantes vitales a base de fármacos. De todo esto se libraban nuestros antecesores, pero “palmaban” a las primeras de cambio. Con tal de comer y “descomer” bien se sentían felices, pero aquello de la tensión, el colesterol y la glucemia les sonaba a chino mandarín. Hoy en día tenemos un reloj que nos cuenta los pasos, las pulsaciones, la tensión, la glucosa en sangre, etc. Para colmo tenemos a los médicos. Como se nos ocurra visitarles sin una dolencia específica, nos “registran” a fondo y salimos un tanto “acongojados”. Descubrimos dolencias, o síntomas de las mismas, que achacábamos a “la edad”. Todas estas elucubraciones han venido a mi mente a consecuencia de un proceso digestivo molesto. Te buscan antecedentes y descubren que no te sometes a una colonoscopia desde hace una decena de años. Te preparan para la misma (lo más insufrible del proceso) y te meten en un quirófano donde te trastean por la retaguardia. La verdad es que ni me enteré. Te dicen que tienes un colon útil para todo servicio y, hasta otra. Por cierto, ¡vaya un equipo del comarcal de Cártama! Todas son mujeres y todas son extraordinarias. Muy agradecido. Estas son las consecuencias de empeñarte en alargar tu “segmento de plata”. Esos años después de la jubilación en los que quieres vivir de una forma aceptable. Pues nada. A esperar acontecimientos. Lo importante es seguir sacándole jugo a la vida. Aunque persista la amenaza.
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