La gestión de la economía doméstica se ha convertido en un reto durante los últimos años. A pesar de que la inflación se ha relajado en 2024, cayendo al 1,8% el pasado septiembre en toda la Eurozona, según Eurostat, la subida al 2% del IVA a los alimentos básicos de la cesta de la compra, como el pan, el aceite o la leche, después de meses al 0%, incide directamente en la gestión del día a día. En este sentido, la población mayor de 55 años se muestra muy preocupada por el impacto que está teniendo el incremento de precios en su estilo de vida.
Tal y como recoge el ‘IV Barómetro del Consumidor Sénior’, elaborado por el Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, más de la mitad de los mayores de 55 años en España considera que los precios suponen un riesgo para mantener su estilo de vida. En concreto, a la hora de identificar aquellas partidas de gasto que más les afectan, los sénior mencionan los elevados precios de la vivienda y la energía (59%), así como el coste de los alimentos y bebidas no alcohólicas (53%). Los siguientes desembolsos que más están limitando su día a día son los destinados a movilidad y transporte (18%), sanidad (18%), restaurantes y hoteles (15%) y ropa (15%).
Estos datos reflejan las preocupaciones de los sénior con las subidas del IPC. Teniendo en cuenta el reciente incremento del IVA en los alimentos y la escalada de los alquileres, principalespartidas de gasto para este colectivo, esta incertidumbre irá en aumento, lo que supone un riesgo para su calidad de vida.
Mayor previsión de gasto en vivienda y alimentación
Estas estimaciones estarían en línea con las partidas en las que creen que gastarán más a lo largo de este año. Y es que, según este estudio realizado por Ageingnomics, los ámbitos en los que preveían gastar más en 2024 son, precisamente, la vivienda y los suministros básicos (54%), la cesta de la compra (46%), movilidad y transporte (26%) y los productos y servicios relacionados con cuestiones de salud (19%). Por el contrario, estimaban una disminución de gasto en restauración (30%), artículos para el hogar (26%), tecnología (25%), ocio y cultura (24%) y vestimenta y calzado (23%).
No obstante, aunque los mayores de 55 años cada vez planifican mejor sus finanzas y destinan el dinero a sus necesidades básicas para poder seguir manteniendo su calidad de vida durante la jubilación, estos desembolsos todavía son considerados como insuficientes. Así como muestra el estudio, si tuvieran un ingreso extra todos los meses, el 36% lo invertiría precisamente en la cesta de la compra, muy por encima de partidas como la vivienda (14%), restaurantes y hoteles (10%) y ocio y cultura (11%). Una cesta de la compra que ahora subirá de nuevo con el incremento del IVA.
Estas cifras reflejan, por tanto, una creciente preocupación entre la población mayor de 55 años en España, quienes, pese a una planificación financiera más rigurosa, enfrentan desafíos significativos en el terreno económico que pueden comprometer su estilo de vida. Como señala Juan Fernández Palacios, director del Centro de Investigación Ageingnomics de Fundación MAPFRE, “la gestión de las finanzas personales para el colectivo de mayores de 55 años es todo un reto actualmente. Para evitar que, especialmente tras la jubilación, aparezcan problemas para llegar a final de mes, debemos seguir haciendo hincapié en la educación financiera de los mayores y apoyar medidas que les ayuden a conciliar adecuadamente su economía con la situación que deben enfrentar en cada momento”.
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