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Hay personas que en lugar de intentar vivir de la política deberían haber encauzado sus inútiles vidas al humor negro, amarillento o azul marino. Hubiera sido lo mejor para ellos y, sobre todo, para los demás ciudadanos que hemos alcanzado tras muchos años de cotización, la pensión correspondiente con la que llegar algo más tranquilos al final de nuestras vidas.
El revuelo que se ha originado por lo dicho por Milei es, además de excesivamente desmesurado e injustificado, una especie de bomba lacrimógena para que los conmilitones de Pedro Sánchez, a semejante de las plañideras de los antiguos ritos funerarios romanos, eleven sus llantos y lamentos a lo más alto de los espacios siderales.
Cuando en las relaciones personales, sociales o políticas se pierden o desprecian las mínimas reglas o costumbres de educación o cortesía, éstas se convierten en un territorio minado donde el desencuentro y el enfrentamiento vienen a ser la tónica general entre los miembros de una colectividad. Si además esto se traslada a las relaciones personales de ámbito internacional, las consecuencias pueden ser imprevisibles.
Óscar Puente, "El Cabreador". Llegó al Parlamento por los votos de sus fieles y del PSOE. Hasta ahí nada que objetar. Pero su 'fichaje' no fue por su valía, que nunca la ha demostrado, y muchos menos en «Pincia» donde se dejó «robar la cartera», del mismo modo que años antes él se la había robado al ínclito Francisco Javier León de la Riva. La unión de socialistas y comunistas aupó a Puente a la cabeza del Consistorio.
Plaza de la Lealtad. Nueva Economía Fórum. Hotel Ritz. Más seguridad de lo normal. Con el ministro Albares de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación borrado. Anunciado para presentar a Óscar Puente, se apartó o lo apartaron. Reciente el varapalo en Davos del argentino Milei con lección liberal a cuenta del socialismo tachado de freno económico, Albares podría verse obligado a justificar el discurso del presidente español.
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