Prerrogativa que se arroga esta izquierda rancia y trasnochada que, para desgracia nuestra, dirige nuestro destino.
El revuelo que se ha originado por lo dicho por Milei es, además de excesivamente desmesurado e injustificado, una especie de bomba lacrimógena para que los conmilitones de Pedro Sánchez, a semejante de las plañideras de los antiguos ritos funerarios romanos, eleven sus llantos y lamentos a lo más alto de los espacios siderales.
Creo que en, en este asunto, al igual que en otro cualquiera, en primer lugar hay que buscar el origen de por qué se ha producido, ponerle remedio, si es necesario, pedir disculpas, no magnificarlo y valorarlo en sus justos términos.
Siguiendo esta línea, examinemos lo ocurrido:
El, nunca bien “ponderado” y “evaluado”, ministro Oscar Puente sacó su lengua a paseo y en una clase, parece ser que a alevines socialistas, tuvo laosadía, atrevimiento, descaro y desmesura, de acusar al presidente de la Nación Argentina, Javier Milei, de que tomaba “ciertas sustancias”, en alusión velada pero inequívoca,con el propósito de acusarlo de que se drogaba. “Tomar sustancias” hoy día, es el eufemismo menos ofensivo de tildar a alguien de queingiere estupefacientes.
Llamarle drogadicto a alguien, sin tener pruebas para demostrarlo, es una acusación, además de gratuita, ofensiva y denigrante para el calumniado, un motivo para que el que haya emitido tal imputación, si es un cargo público, sea fulminantemente cesado y se le retire toda confianza y no vuelva a ser un personaje político en su vida. Es muy dañina e insultante esa manifestación, para cualquiera, más para el presidente de un Gobierno.
Pero este, para desdicha nuestra, Pedro Sánchez, que debería de haberlo destituido, quedó impasible y se puso mirando a lontananza, como si no hubiese ocurrido nada.
Este “dichoso” ministro, en lugar de pedir, no solo disculpas, sino perdón públicamente, ya que pública ha sido la ofensa, se ha limitado a decir:
"Dije lo que dije, en el contexto en el que lo dije. Si hubiera tenido la mínima noción de que iba a tener la difusión y la repercusión que tuvo, no hubiera dicho lo que dije. Ése es mi gran error".¡Vaya riqueza de vocabulario! Cinco veces el verbo decir (cuatro dije). ¡Estupenda formación intelectual!
Ante Feijoo llegó a blasonar de que fue en otro tiempo actor y llegó a representar en la Gran Vía de Madrid, en Almagro y hasta en París, o sea un cómico. Ese es su bagaje intelectual.
No, mire Vd., esa no es forma de disculparse, hay que decir públicamente: “Lo siento, he hecho una acusación sin motivo, pido perdón por ello”.
Pedro Sánchez y sus ministros están montados en el machito y se creen con derecho a ofender y a no rectificar. Hartos estamos de ello.
La reacción del presidente de Argentina era la que se cabía esperar. Contestar con fuego más nutrido e intenso yha llamado corrupta a una persona particular y sin relevancia política alguna, como es la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez.
Posiblemente debería de haber sido más prudente y no llamarla de esa manera, pero lo que es innegable e incontrovertible es que dicha señora está siendo investigada, antes se decía imputada, (cuestión de nominalismos), por ciertos tejemanejes relacionados con tráfico de influencias, corrupción y ¡vaya Vd. a saber de qué otras cuantas cosas más! Además de haber regentado una cátedra en una universidad, sin tener títulos suficientes para ello.
Ciertamente este es otro asunto, pero no culpo a ella por haberse aprovechado de la situación, sino al decano de esa facultad y al rector de la universidad por permitir tales chanchullos.
Pero, entiendo que, dentro de la atmósfera política del “y tú más”,que, por doquier,se respira hoy, Milei empleó la justa medida posible en un caso ofensivo como el que tratamos.
Hay un dicho español que reza: “en contra de sus quijadas cualquiera es palabrero”. Quiere decir que, si no te importa que te rompan la cara, puedes atacar a alguien, exponiéndote a salir mal parado. Eso es precisamente lo ocurrido. No ha habido ninguna cara rota físicamente, pero sí la respuesta adecuada, poniendo el dedo en una llaga que, no solo no se ha cerrado, sino que está en proceso de abrirsey extenderse, infectando a Pedro Sánchez y sabe Dios a quienes más.
Pero lo más aberrante del caso es que nuestro “insigne” presidente, ha hecho de un caso particular, un asunto de Estado, y toda la tropa de buenos para nada que lo siguen han puesto el grito en el cielo.
Pedro, ha llegado más lejos, ha retirado, sin tener consideración alguna, a la embajadora de España en Argentina, lo que posiblemente causará unos daños de bastante consideración a las empresas hispanas que trabajan en esa nación hermana, así como a las relaciones que con ellatenemos.
Acordémonos de cuando a Repsol le expropiaron en Argentina el 51% de las acciones de la principal petrolera del país, Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), y el descalabro que supuso no solo para Repsol, sino para los accionistas de esta.
Sánchez ha acusado de falta de patriotismo al PP, porque no ha salido en su defensa.
No, Pedro, no. Esto no es un asunto de Estado, concierne solo a tu esposa, no tienes que lloriquear pidiendo ayuda a quien un día sí, y otro también, insultas y acometes de todas las formas posibles. El melón lo ha abierto un bocachancla ministro de tu Gobierno. Que ha salido podrido, te aguantas y, junto con los tuyos, te lo comes, aunque sea indigesto, y apechas con las consecuencias.
No pidas a Milei que se disculpe. Eso tenías que habérselo exigido a Óscar Puente que es ministro de tu Gobierno. El descalabrado ha sido él, no te pongas tú la venda.
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