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Por mi fe, por costumbre o por necesidad, asisto a la Eucaristía del domingo desde que tengo uso de razón. De pequeño acompañaba a mis padres. Cuando comencé a volar solo, tuve la suerte de coincidir con una serie de amigos, que aun conservo gracias a Dios, que tenían también arraigada esta devoción. Me fue muy fácil mantenerla.
Orar y pagar y si no le gusta pagar y después orar. Con buenas intenciones, “orar y pagar” se podría interpretar que oramos y después podemos participar con la Comunidad cristiana necesitada, mediante lo que conocemos como limosna. Muy diferente es la política de ir identificando muchas Iglesias Catedrales como “bienes religiosos con estructuras arquitectónicas destacadas y con dereho histórico a ser conservadas”.
Los visitantes de la Parroquia de Santiago malacitana se asombran cuando ven botellas de aceite depositadas al pie del altar de las Ánimas
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