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Mientras la ultraderecha amenazaba con ganar las parlamentarias francesas y la centroderecha del presidente Macron adelantó esos comicios para vencerlos, el triunfador final ha terminado siendo la izquierda, la cual no se esperaba tan buen resultado.
El inapelable triunfo del Rassemblement National (RN) de Marine Le Pen (33,20%) en la primera vuelta de las elecciones legislativas francesas, sumado al segundo lugar obtenido por la coalición de la izquierda y la extrema izquierda (28,27%), confirma la máxima polarización en la que está sumido el hexágono. Francia, el máximo exponente de la cultura y la intelectualidad, vive atrapada en una perversa dinámica de extremos.
En los últimos días, el foco en Francia, nuestro país vecino, ha sido intenso debido a la inestabilidad política generada por el adelanto de las elecciones legislativas y el ascenso de ciertas opciones políticas en las encuestas. A falta de conocer los resultados definitivos de la segunda vuelta, existe preocupación por esta situación económica y política en Francia.
El próximo domingo la ciudadanía de Francia acudirá a las urnas y lo hará en unos comicios en los que la ultraderecha luchará por ganar el espacio de la mayoría electoral. Si bien, todo parece indicar que será Macron el ganador de estas elecciones, lo cierto es que Le Pen ya ha ganado. Su crecimiento sostenible en el tiempo en las últimas contiendas electorales le ha llevado a obtener una constante mejora en los resultados obtenidos en las urnas pasando del 13% al 45% de apoyos.
Análisis centrado en las elecciones en Francia de las que ayer se celebró la primera jornada: "La segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas parece una reedición de las de 2017", aunque "no conviene exagerar las similitudes" ya que “las reservas de votos son menores para la segunda ronda, a menos que la participación aumente significativamente el 24 de abril.
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