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Observo no sin cierta indignación que en toda la parafernalia de entrega y celebración de los Premios Planeta, el asunto se ha circunscrito a la Tierra y aledaños, pasando de rondón por el resto de la diferentes convocatorias que se han celebrado simultáneamente a lo largo del Sistema Solar, lo que nos deja como una mezcla de chauvinistas y poco enterados (o directamente vagos) a la hora de informar de aquellas.
El Palacio de Pimentel acogerá a las 12:30 horas el 24 de septiembre una jornada en la que la autora, que ha publicado en 36 idiomas y ha llegado a más de dos millones y medio de lectores, compartirá con sus seguidores las claves de su obra. Los lectores de la escritora donostiarra tendrán la oportunidad de charlar con la autora para hablar de sus novelas y sus procesos de escritura.
En el año 1968 hacia el final de su andadura por problemas de salud de mi padre, volvimos a Sevilla mi mujer y yo. Más tarde, cuando intenté volver a Frankfurt (Alemania), donde teníamos nuestra residencia, al intentar renovar mi pasaporte me vi obligado a permanecer en Sevilla al negarme la policía de Franco la renovación del pasaporte. Golpe duro. Todo por escribir en favor de la democracia y la libertad en mis críticas literarias.
Ahora que estamos en el centro de la pandemia, creo que nos hemos refugiado en el placer de lo cotidiano y de lo pequeño y nos hemos visto reconfortados. No sé si, cuando traspasemos esta situación, quedará mucho de todo esto o no, pero quiero pensar que aprovecharemos para vivir un poco más despacio y sacarnos de encima todo lo que no es esencial. A veces como ahora, la vida nos detiene y nos obliga a bajar la velocidad y recuperar el norte para seguir avanzando.
Sabes que tu novela tiene calidad, porque lo afirman los escritores del jurado. Siempre llevaré con orgullo el hecho de haberlo ganado. Es como un título nobiliario de la literatura, un apellido añadido tal y como dijo en su día Javier Sierra».
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