| ||||||||||||||||||||||
La excesiva tranquilidad es un señuelo para el cual no estamos preparados, ni las circunstancias permitirán nunca su arraigo duradero. Los cambios son incesantes y los desconocimientos inmensos. Ante esa tesitura movidita, como nunca controlamos la totalidad de los factores involucrados, nos incordian, inclementes, las insatisfacciones, sean cualesquiera las veredas transitadas.
Ya en su tiempo, el novelista francés Víctor Hugo (1802-1885) decía que “el sufrir merece respeto y que el someterse es despreciable”; pues son formas que nos esclavizan, pero que están ahí en casi todos los países del mundo, como resultado de una discriminación arraigada, que también se ha globalizado, incapaz de desenmascarar a los traficantes y a los creadores de un injusto mercado.
Zombi, regreso a la vida. Regresar a la vida como esclavo del hechicero vudú, sometido en adelante a su voluntad. El concepto Zombi siempre ha estado relacionado con la esclavitud y el sometimiento de la voluntad. Estamos construyendo una sociedad a medida de determinados poderosos intereses fácticos que utilizan todo tipo de herramientas para sus fines, sobre todo el indicado sometimiento de las voluntades.
Nos encontramos ante una nueva manifestación de la cultura machista, en la que para someter a su voluntad a la mujer se anula por completo su capacidad de defensa y de intencionalidad. Detrás de estos comportamientos, no solo está el interés sexual, sino el poder de sometimiento y de control sobre el otro sexo.
|