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Confianza en que algo noble y puro, meditado con calma y sin temores, aumente el vigor de unos valores hasta hacerlos como el roqueño muro.
Glorioso y Benemérito Instituto, morada de personas generosas, que consagran sus vidas portentosas amando a España minuto a minuto.
Érase un hombre a su ego atado, érase un malandrín sin sentimientos, érase un fabricante de harapientos, érase un traidor desequilibrado.
Es la muerte una gran desconocida, demoledora, horrenda e invencible, porque actúa de forma impredecible en todas las etapas de la vida.
Se me inunda el alma de vivencias, al recordar los años juveniles, que pasan raudos, como los desfiles, evocando gozosas experiencias.
Solar de paz y patria del sosiego, espejo de la culta Andalucía; noble cuna de la sabiduría, aparente frialdad y alma de fuego.
Qué suerte es levantarte cada día, sabiendo que el Señor nos guía y ama, y que Su amor, sin límites, nos llama para encontrarnos en la Eucaristía.
A medio siglo de nuestra ruptura, te tengo que decir sinceramente, y con toda la fuerza de mi mente que aquella decisión fue gloria pura.
Al gran Pueblo que dio la vuelta al mundo, formando parte de gloriosos hechos, no le arredran políticos estrechos que aspiran a hundirla en lo profundo.
Un Califa nos llega refulgente, con la fuerza que antaño poseía; ocupa el quinto de una dinastía que Córdoba disfruta complaciente.
Pongo en mis letras tantos embelesos, que me aíslo del mundo circundante; tal vez resulte fatuo y delirante que me guste escribir con trazos gruesos.
Le dijo a la soberbia, la humildad: ¿por qué no has preferido mi camino, conociendo que el tuyo es desatino que puede sepultarte en la maldad?
Eres venero de luz y energía y un torrente de aliento virtuoso, que consigue un efecto prodigioso, de brillo y calor, para noche y día.
Es la entrega valor tan elevado, que no hay otro valor que le aventaje; ni existe ningún ser de buen linaje, impasible ante un necesitado.
Un castillo de larga trayectoria, señorea la sierra cordobesa, controlando el llano y la dehesa sobre una roca repleta de historia.
Virgen cordobesa de la Alegría, hoy me postro ante ti, con devoción, al contemplar Tu henchido corazón superadas las penas que tenía.
Imagino aquel juicio falseado, en manos de un nefasto reyezuelo. El prefecto, de corazón de hielo, Poncio Pilato, cruel y desnortado.
Tú viniste, Señor, a nuestro mundo, conociendo que perderíaslaVida, a manos de una masa enloquecida sustentada en un odio furibundo.
Al ver al Cristo de los Estudiantes he sentido un gran escalofrío; la imagen muestra el rigor impío que soportó en escarnios degradantes.
Es sabido desde la Eternidad, que el buen Dios, en Jesús sería encarnado, para quedarse siempre a nuestro lado proyectando su Luz y su Verdad.
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