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La calle habla de muchas cosas que las Redes Sociales no recogen, porque no les interesa los jubilados, ni saber de las salas de estar de los mayores, ni revolver los supermercados de La gente normal, en definitiva, no conocer las “cotidianas VÍAS de la vida obrera”.
Los que nacimos entre los años cuarenta y cincuenta del pasado siglo, hemos demostrado ser unos dignos representantes del “segmento de plata”. Creo que a lo largo de la historia hemos sobrevivido estoicamente a las diversas alternativas vitales, políticas, económicas y laborales que se nos han ido presentando.
La vacunación forma parte de la solución a la tragedia que estamos viviendo desde marzo 2020, agudizada por la nefasta gestión de un Gobierno parasitario, ineficaz, cargado de muertos y capaz de ocultar más de 30.000 cadáveres, según los tribunales. Con esos datos, y siguiendo los criterios que la izquierda siguió con el Ébola, juzguen ustedes si deberíamos decir que tenemos un “Gobierno asesino”.
La Covid-19, una pandemia que no entiende de fronteras, ni de todas las restricciones asociadas, está dibujando un panorama de incertidumbre económica que está afectando a los flujos de inversión extranjera, provocando un decrecimiento global del 42% en 2020, y del 71% en Europa.
La reciente controversia acerca de las vacunas de AstraZeneca y Janssen, debida a algunos casos en los que ha habido complicaciones de trombosis - unos pocos con resultado de muerte - me lleva a plantear una cuestión y a defender mi postura de no vacunarme si me ofrecen hacerlo con esas marcas, habida cuenta de que tengo 65 años y hasta hace pocas semanas se suponía que me tocaría ser vacunado con Pfizer, de la que no tengo constancia de que se hayan dado complicaciones similares a las de las marcas anteriores.
Esperaba este momento como agua de mayo. A nuestra provecta edad cualquier circunstancia que elimine problemas añadidos a nuestra vida nos parece un gran acontecimiento.
En Asturias se debe aplazar la oposición de Secundaria por muchas razones. Esta pandemia no está controlada y el bien común y la salud y la vida de los opositores está por encima de unos exámenes.
Comenzaron a vacunar a maestros y profesores como parte esencial de los esenciales. Son los que apenas se quejan, los que aún no han salido a las carreteras con sus coches a pulsar cláxones en manifestaciones, los que se inventaron el malísimo método de la no “presencialidad”, con tal de dividir al alumnado y evitar que el aula burbuja fuera tan grande que hiciera imposible el acto educativo y curso académico.
Al comienzo de la pandemia no eran más que meras especulaciones sobre que sería un tipo de gripe, pero no se sabía cómo surgió exactamente, ni porque se había producido. No había nada claro, solo que había comenzado en Wuhan en China.
La situación actual hace más necesario que nunca incrementar el porcentaje de población de riesgo vacunada de la gripe en la campaña 2020-2021, la mejor estrategia que tenemos para evitar este virus que cada año genera miles de ingresos hospitalarios especialmente en los grupos de riesgo.
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